13 de enero de 2015

San HILARIO DE POITIERS. Doctor de la Iglesia. (310/20 - c.368).


(fr.: Hilaire de Poitiers). 
Sonriente, alegre

Martirologio Romano: San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia, que fue elevado a la sede de Poitiers, en Aquitania (hoy Francia), en tiempo del emperador Constancio, quien había abrazado la herejía arriana, y luchó denodadamente en favor de la fe nicena acerca de la Trinidad y de la divinidad de Cristo, siendo desterrado, por esta razón, durante cuatro años a Frigia. Compuso unos comentarios muy célebres sobre los Salmos y sobre el evangelio de san Mateo.


Profesor y padre de familia en Pictavium (Poitiers). Procedía de una distinguida familia pagana. Se convirtió cuando tenía 35 años, gracias a la lectura del Evangelio de san Juan, allí descubrió el destino del hombre y sus relaciones con el Creador. El misterio de la Encarnación del Verbo le deslumbró: "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio". En el 354, se hizo bautizar con su esposa y su hija. Con él, su esposa y su hija se entregaron a la vida religiosa; Hilario fue ordenado sacerdote. Su esposa, se propuso no mirarle sino era cuando celebraba la Eucaristía, y su gesto fue imitado en la primitiva Iglesia; su hija santa Abra, alcanzará más tarde la santidad. 
En el año 354, fue nombrado obispo de Poitiers, por aclamación popular y desde entonces, de acuerdo con su esposa, se comprometió a guardar castidad perfecta, y se convirtió en un pastor de una firmeza y constancia tales que se le llama "el Atanasio de Occidente". Apenas terminada las persecuciones, tuvo que enfrentarse a la herejía arriana que en el sínodo de Milán (355), convocado por el emperador Constantino II, el mismo emperador se decantó por el arrianismo. En el 356 asistió al concilio de Bézieres, donde los obispos, cediendo a las presiones de Constantino II y de los corifeos arrianos de occidente, confirmaron la condenación de san Atanasio de Alejandría. Hilario se negó a la condena, y esto le llevó a que fuera depuesto y desterrado a Frigia, durante cuatro años, donde escribió "De Trinitate" (un compendio de 12 libros), en el que introdujo, las precisiones de la doctrina católica y del pensamiento griego. También escribió "In Matthaeum" antes del exilio. El exilio fue un acontecimiento fundamental para su formación cultural y doctrinal. Pero ello no le impidió que asistiese al concilio de Seleucia (359) (del que se le quiso excluir), y por el que escribió "De Synodis". Marchó a Constantinopla, de donde fue expulsado otra vez por los arrianos y allí pidió al emperador la liberación del papa san Liberio, pero no fue escuchado. En el destierro fue más fastidioso a los arrianos que en su sede, por ello le pidieron que regresara a Poitiers. 
En el 360, les combatió de nuevo y consiguió erradicarlos, al convocar, a este efecto, el concilio de París (361). Años más tarde acudió al sínodo de Milán (364) con san Eusebio de Vercelli, y ambos se enfrentaron contra el obispo arriano Auxencio, que no lograron desterrarlo de la ciudad, aunque algunos autores dicen que fue exiliado junto con san Eusebio de Vercelli y murió en el exilio. Fue el primer hinnólogo de la Iglesia y el primero que estableció la armonía entre la fe y la razón, asimismo está considerado el “Doctor de la Divinidad de Cristo”. Escribió otros muchos tratados. Se le representa junto a su hija santa Abra, y con su hija espiritual, santa Troecia (Triaise) y su discípulo san Lienne. Fue enterrado en su ciudad natal, según otras fuentes, hasta que en 1562, los protestantes quemaron su sepulcro. A su vida le añadieron muchos hechos milagrosos y fantásticos que formaron su leyenda. MEMORIA FACULTATIVA. 

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