Guerrera famosa. Sabia.
Nació en Roma, en el seno de una noble familia. Al morir su padre, su madré se casó de nuevo y decidió que Luisa fuera a vivir con su abuela y sus tías, que le proporcionaron una sólida formación cristiana. Pensaba en hacerse religiosa, pero su madre le propuso un matrimonio y se casó con Giacomo de Citara, con el que tuvo tres hijos, y tuvo un matrimonio feliz, y coincidieron los dos esposos en los mismos gustos y sobre todo inclinados a las obras de piedad y caridad cristiano.
En 1506 murió su marido, pasó una fuerte crisis interior. Superada aquellos momentos de dolor se hizo Terciaria franciscana y pasó el resto de su vida haciendo obras de caridad entre los pobres de la ciudad, a los que ella misma atendía y llevaba a su palacio; a causa de una calamidad pública, agotó todas sus existencias en víveres y en dinero, vendió su palacio para poder socorrer mejor a los necesitados, de esta forma ella se quedó sumida en la total pobreza. Fue una mujer de una intensa vida de oración, y tuvo experiencias místicas. Murió en Roma.
El culto fue confirmado en 1671 por el papa Clemente X. Por esos mismos años se realizó el reconocimiento de sus reliquias, y se construyó la nueva tumba en la iglesia de San Francisco a Ripa, adornada con una estatua de Bernini que la representa en éxtasis. Sus reliquias continúan allí mismo.
El culto fue confirmado en 1671 por el papa Clemente X. Por esos mismos años se realizó el reconocimiento de sus reliquias, y se construyó la nueva tumba en la iglesia de San Francisco a Ripa, adornada con una estatua de Bernini que la representa en éxtasis. Sus reliquias continúan allí mismo.
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