(Casimiro de Lituania, de Polonia. pol.: Kazimierz).
Que enseña la paz.
Martirologio Romano: San Casimiro, hijo del rey de Polonia, que, siendo príncipe, destacó por el celo en la fe, por la castidad y la penitencia, la benignidad hacia los pobres y la devota veneración a la Eucaristía y a la Bienaventurada Virgen María, y, aún joven, consumido por la tuberculosis, descansó piadosamente en la ciudad de Grodno, cerca de Vilna, en Lituania.
Hijo segundo del rey Casimiro IV Jagellón e Isabel de Austria, nació en Cracovia; tuvo una vida breve y llena de esperanzas que humanamente no llegaron a cuajar. Tuvo una adolescencia inspirada en una gran piedad y austeridad moral. Su preceptor fue John Dugosz, llamado Longino, canónigo de Croacia, un hombre de extraordinarias dotes y conocimientos que le infundió el amor a los estudios, pero sobre todo a la piedad y un enorme sentido de responsabilidad moral, que presidió toda su vida. Casimiro renunció a todas las dignidades que se le presentaron; por ello fue elegido rey de Hungría por algunos magnates del reino como rival del monarca Matías Corvino, fue obligado, a los trece años apenas, a tomar posesión del reino a la cabeza de un ejército. Su espíritu de oración íntima y reposada, se acompañó del recuerdo continuo de la Pasión de Cristo, y así prefirió renunciar a la corona de Hungría, en 1471, antes que derramar sangre por conseguirla; su padre enfadado lo recluyó durante varios meses en el castillo de Dobzki. A partir de entonces, nada de lo que nadie pudiera decir o hacer consiguió nunca que inducirle a tomar de nuevo las armas.
Tras la reconciliación de los húngaros con su rey, aceptó que se le asociara al gobierno de Polonia como regente. Mientras su padre se hallaba en Lituania, él daba ejemplo de prudencia y de virtud. En Vilna, capital de Lituania, supo consolidar, mediante una vida ejemplar, repartida entre prácticas religiosas y rigurosa penitencia, el catolicismo introducido tardíamente en el gran ducado, ganándose el respeto y la admiración de toda la población. Humilde con todos, defensor de los pobres, generoso en la distribución de limosnas, era severo sólo consigo mismo. Rechazó incluso el matrimonio con la hija del emperador de Alemania, Enrique III, prefiriendo permanecer célibe, no tenía más que una dama: la virgen María. Para ella guardaba su ternura y sus poesías a la que dedicó el himno “Omni die” de san Bernardo de Claraval.
En 1483 fue nombrado vicecanciller en Vilna (Lituania); pero poco después tuvo que ir a Grodno, donde se enfermó. Los médicos creyeron que todo se curaría con la compañía de una mujer. Cuando se lo fueron a comunicar al joven Casimiro, contestó con una sonrisa: "Gracias, pero mi vida es Cristo". Murió enfermo de tuberculosis cuando tenía 26 años en el castillo de Grodno, Lituania. Conforme a sus deseos fue enterrado dentro de la capilla de la Virgen en Vilna.
Después de su muerte los polacos le atribuyeron la victoria de Polonia sobre Rusia en la batalla de Polozk en 1518. Fue canonizado en 1521 por León X. Patrón de Polonia y Lituania. MEMORIA FACULTATIVA.