Martirologio Romano: En Dresde en Alemania, beatos Ceslao Jozwiak, Eduardo Kazmierski, Francisco Kesy, Eduardo Klinik y Jarogniew Wojciechowski, mártires, que, de origen polaca, fueron encarcelados en el mismo periodo, sufrieron el martirio a golpes de hacha.


Francisco nació en Berlín Winmersdorf, Alemania, en el seno de una familia polaca en 1920. Su familia se trasladó a Poznan, Polonia. Desde pequeño fue inscrito en el Oratorio salesiano; sintió vocación religiosa y estuvo dispuesto a ingresar en el seminario de Lad; pero la enfermedad y la guerra le impidieron realizar sus deseos. Fue un chico responsable en todo lo que acometía, además de ser muy religioso.
Eduardo Klinik nació en Bochum, Alemania, en el seno de una familia polaca en 1920. Vuelta su familia a Polonia, fue alumno del colegio salesiano de Oswiecin, pasando luego a Poznan, donde concluyó el bachillerato en el instituto Berger. Se inscribió en el Oratorio salesiano, y aunque era muy tímido supo vencer su timidez y era un chico estudioso y responsable. Las cartas y un diario que escribió en la cárcel muestran su gran entrega a la voluntad de Dios. Murió decapitado por los nazis en Dresde.

Fueron detenidos en 1940 por la policía nazi. Estuvieron en las cárceles de Poznan, Wronki, Neokolln, Zwickau y Dresde. No se habían dedicado a ninguna actividad política sino religiosa, en el Oratorio Salesiano de Poznan. Los cinco estaban unidos por una estrecha amistad y lealtad y por ayudar a sus demás compañeros.
Cuando la ocupación alemana, las actividades del Oratorio fueron suspendidas, pero estos jóvenes se reunieron en la clandestinidad, y fue visto como un complot político. Ellos se sentían patriotas, pero no hicieron nada político. Fueron decapitados en Dresde, Alemania, acusados por agitadores y traidores.
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