Martirologio Romano: Cerca de Jerusalén, san Sabas abad, que, nacido en Capadocia, se retiró al desierto de Judea, en donde fundó un nuevo estilo de vida eremítica en siete monasterios que se llamaron lauras, reuniendo a los solitarios bajo un superior. Vivió durante muchos años en la gran laura, que posteriormente llevó su nombre, brillando con el ejemplo de santidad y luchando esforzadamente por la fe de Calcedonia.

Ya con 30 años volvió a Jerusalén, buscando más tiempo para la oración solitaria, dedicó al desierto cinco días semanales; regresando el fin de semana al monasterio, con sus cincuenta trabajos de palma. Pasaba con los monjes el sábado y el domingo, y regresaba con nuevas palmas a la soledad. Con esta nueva experiencia, fundó en el 479, ya en la plenitud de sus 40 años, su "Laura", Mar Sabás (que todavía subsiste). Pronto será imitado por muchos que vivían en la soledad. La laura es una especie de pueblo de cavernas excavadas en la roca, donde los ascetas se entregan a una vida medio cenobítica y medio eremítica. Compuso una regla litúrgica llamada “Typicon”. Fundó 15 lauras, y tuvo que vencer las reticencias de los monjes de la laura de Mar Sabás.
En este cenobio, Sabas rebasó los 90 años; había sido ordenado sacerdote en el 492, por el patriarca de Jerusalén, para poder ser abad; Salustio, que lo hizo archimandrita. Por este cargo, tuvo que acudir a Constantinopla para enfrentarse a las herejías de Nestorio y Eutiques, y lograr que el emperador bajara los impuestos a los eremitas. También consiguió del emperador Justiniano la clemencia para los soliviantados de Samaria y la defensa de la pureza de la fe católica. No le asustaban los rugidos de las fieras, ni de los herejes o tibios. Se le llamará el "ciudadano de Jerusalén"; "El santificado"; "Teóforo"; "Patriarca de los monjes" y "Estrella del desierto". Murió en la Laura del Cedrón. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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