Martirologio Romano: En Montecerignone, de la Romagna, beato Domingo Spadafora, presbítero de la Orden de Predicadores, que trabajó diligentemente en el ministerio de la predicación.

En una capillita de Monte Cerignone, en el estado de Urbino, había una milagrosa imagen de María por la que los habitantes tenían gran veneración; deseando edificar allí una iglesia con religiosos que se dedicasen a la cura espiritual de la población circundante, pensaron en los dominicos. Se dirigieron al Maestro General para conseguir que se iniciara una obra tan ventajosa para las almas y para la gloria María, a la cual la Orden profesa especial devoción. El proyecto se aprobó, y Domingo fue elegido para dirigir la nueva fundación. En 1491 surgieron así la iglesia y el convento del cual Domingo fue guía hasta su muerte. Para edificación de toda la población, en la ferviente comunidad florecieron las leyes y el espíritu de la Orden.
En todo Montefeltro se lo consideraba a Domingo un santo, y como tal fue venerado después de su muerte. Fue sepultado en la iglesia conventual, y en 1545 se encontró su cuerpo incorrupto. Desde 1677 es venerado en la iglesia de Santa Maria in Reclauso en Monte Cerignone. Su culto fue confirmado exactamente cuatrocientos años después, en 1921, por el papa Benedicto XV.
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