Martirologio Romano: En el monasterio de Llanilltud Fawr, en Cambria (hoy País de Gales), que lleva su nombre, san Iltuto, abad, que fundó un cenobio, donde la fama de su santidad y eximia doctrina congregó gran número de discípulos.
Es uno de los más celebres santos galeses, aunque los particulares de su vida no nos han llegado de forma aceptable.
Iltud Farchog nació en Bretaña, hijo del príncipe bretón Bican. Fue enviado a estudiar junto a su tío, san Germán (está identificado por san Germán de Auxerre, pero no fueron coetáneos), obispo de Man. Fue un excelente estudiante, que destacó en el campo de la literatura, pero prefirió la carrera militar que la eclesiástica; después de ser nombrado caballero, el joven se puso al servicio del sobrino del rey Arturo; después recibió la oferta de un puesto en la guardia real del rey Pawl de Penychen en Gales y se trasladó a Nant Pawl.
Pero Iltuto tuvo un encuentro providencial con el abad galés san Cadoc, cambió su vida y quiso ser monje en Hodnant Valley. Siendo ya monje, con la ayuda del obispo san Dubricio, fundó la gran abadía de Llan-Illtut Fawr, o Llantwitt, en Glamorganshire, de la cual salieron la mayor parte de los santos galeses de aquella época, entre ellos santos Sansón de Dol, Pablo Aureliano; según algún autor, la casa originaria se encontraba en la isla de Caldey. Como muchas otras abadías de aquel tiempo, fue un centro de espiritualidad muy famoso, sus monjes provenían de las regiones de la actual Gran Bretaña, pero también de la Bretaña francesa, a donde después regresaban después de un cierto número de años, difundiendo la espiritualidad, el saber y la civilización en toda Europa, y a menudo fundando nuevas abadías; esta fue la forma típica de expansionarse el monacato, en el periodo oscuro del Medioevo, que tuvo el mérito de salvar, conservar y reproducir el patrimonio escrito de la civilización clásica.
Iltuto fue un hombre de gran doctrina y dones espirituales, así como el don de penetración de espíritus y de profecía. Parece que murió en Bretaña. Regañó muchas veces a san Sansón por sus excesos en el ayuno; la estrecha amistad con el discípulo, suscitó los celos de dos sobrinos del santo abad, también monjes, que intentaron sin éxito envenenarlo.
Sobre su muerte hay discordancias, algunos dicen que murió en el monasterio de Llantwitt y allí fue sepultado; en cambio otros relatos afirman que como era bretón regresó a su tierra para morir.
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