Santa Comasia. s. III.
Mártir romana desconocida, patrona de Martina Franca (TA), Pioggia. Cuando se trasladó su cuerpo de las catacumbas de Santa Inés a Martina Franca, comenzó a llover, y en todos sus traslados, con el tiempo seco, siempre ha llovido. Por ello es muy venerada.
Santos Galación y Epistemia. M. 253.
Según la leyenda, Galación, ya cristiano, convirtió a su esposa Epistemia, después de lo cual, cada uno se retiró a un monasterio; ambos fueron martirizados en Emesa de Fenicia, durante el mandato de Galo Vibio. No quisieron adorar un aerolito de piedra negro donde iba a ser proclamado emperador Heliogábalo. Fueron decapitados.
Casi todos los autores concuerdan que estos mártires no han existido nunca y que son los héroes cristianizados del romance de Clitofonte y Leusippa.
San Domnino de Cesarea. s. IV.
Ruinas de Cesarea de Palestina |
Martirologio Romano: En Cesarea de Palestina, santo Domnino, mártir, joven médico, que en los comienzos de la persecución bajo el emperador Diocleciano, le condenaron a ser enviado a las minas de Fanesia, donde, tras padecer crueles vejaciones, fue entregado al fuego por orden del prefecto Urbano, en el año quinto de la persecución, por haberse mantenido firme en la confesión de la fe.
Era un joven médico. Mártir en Cesarea de Palestina, quién, al iniciarse la persecución de Diocleciano, fue desterrado a Fenicia, a las minas de cobre de Feno, pero como dice Eusebio: Domnino fue condenado al suplicio del fuego era "un hombre que en mil ocasiones se había distinguido por sus confesiones de la fe. ... a quien toda Palestina conocía por su extraordinaria libertad".
Santos Teótimo, Filoteo, Timoteo, Silvano y Auxencio. s. IV.
Martirologio Romano: En el mismo lugar, conmemoración de los santos Teótimo, Filoteo y Timoteo, mártires, los cuales, jóvenes, fueron destinados a los juegos circenses para la diversión del pueblo, y de san Auxencio, anciano, entregado como comida a las fieras.
Mártires sirios, que, por ser jóvenes, fueron destinados a los juegos del circo para diversión de la plebe, y luego junto con el anciano Auxencio, fueron entregados a las bestias en Palestina, durante la persecución de Maximiano.
San Marcos de Troia. s. V.
Este santo aparece en el “Martirologio Jerominiamo” como obispo de Ecano (hoy Troia). Pero hay un desdoble que es san Marcos de Atina, obispo de Atina que según la leyenda y las noticias referidas en el “Chronicon Atinense”, Marcos era galileo, discípulo de san Pedro y ordenado obispo por él; después de predicar la fe en Campania (Italia), fue martirizado en Atina por los paganos que, durante la persecución de Domiciano, hacia el año 96, le clavaron dos clavos en la cabeza.
En el lugar de su sepultura fue construida una iglesia, que con el pasar de los años, quedó en ruinas y el santo olvidado. Hacia el siglo XI, gracias a milagros sucedidos en el lugar de su sepultura, se encontraron sus restos y se construyó una iglesia dedicada a él.
San Fibicio de Tréveris. M. 500/11.
Martirologio Romano: En Tréveris, en la Renania, de Austrasia, san Fibicio, obispo.
Abad de un monasterio de Tréveris y obispo de esta ciudad.
San Guetnocio. s. VI.
Abadía de Saint-Jacut |
Martirologio Romano: En la Bretaña Menor, san Guetnocio, venerado como hermano de los santos Guennole y Jacinto.
Santos Jacinto y Guetnocio, hermanos de san Guennole, profesaron como monjes y vieron la vida monástica bajo la dirección espiritual de san Budoc. Deseando una mayor soledad y entrega a Jesucristo, se retiraron en soledad a un lugar incómodo, y después pasaron a la península bretona de Landouar, y como se les unieran numerosos discípulos, pondrán los fundamentos de la abadía de Saint-Jacut-de-la-Mer, de la que sería Jacuto su primer abad. Guetnocio, deseando siempre la soledad se retiró a otro lugar apartado.
Santa Bertila de Chelles. M. c. 692/705.
Martirologio Romano: En el cenobio de Chelles, junto a Meaux, en la Galia Lugdunense, santa Bertila, su primera abadesa.
Nació en el seno de una de las más ilustres familias de Soissons, en el reinado de Dagoberto I. Desde su infancia deseó el ingreso en la vida monástica, como temiera comunicárselo a sus padres, habló con san Audoeno de Rouen, quién le animó a seguir su vocación. Vencida la opinión de sus progenitores fue monja del monasterio de Jouarre (Meaux) que había sido fundado por Ado, hermano de san Audoeno, donde desarrolló los oficios de enfermera, maestra de novicias y priora.
Cuando la reina santa Batilde reconstruyó la abadía de Chelles, pidió un grupo de monjas de Jouarre y Bertilia fue elegida primera abadesa (646) y lo dirigió durante medio siglo. Un gran número de mujeres ingresaron en su convento, incluido muchachas anglosajonas. Entre otras, Beda menciona a santa Hereswida, reina de los anglos del Este, quien en el año 646 se convirtió en monja de Chelles. La reina santa Batilde, después de la muerte de su marido en el 655, se hizo cargo de la regencia del reino durante la minoría de edad de su hijo, pero tan pronto como pudo en el año 665 se retiró a Chelles y allí tomó el hábito de las manos de Bertilia y la obedeció como si fuera la última de las hermanas de la casa.
Santo Domingo Mau. M. 1858.
Martirologio Romano: Cerca del río Hung Yen, en Tonquín, santo Domingo Mau, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que en la persecución bajo el emperador Tu Duc, por exhortar a los cristianos a la profesión de la fe llevando el rosario, por su fidelidad a Cristo fue conducido al patíbulo para ser degollado, con las manos juntas, como para subir al altar.
Sacerdote dominico. Mártir, junto al río Hung Yen, en el Vietnam que durante la persecuión del emperador Tu Duc por llevar un rosario y exhortar a los cristianos a profesar la fe, fue conducido con las manos tendidas, como si fuera al altar, hasta el lugar de su decapitación.
Juan Antonio Burró Más. Beato. (1914-1936).
Martirologio Romano: En Madrid, España, beato Juan Antonio Burró Más, religioso de la Orden de San Juan de Dios, mártir por su profesión evangélica durante la persecución contra la Iglesia.
Natural de Barcelona. Por parte de su padre era pariente del célebre tenor Miguel Fleta. Religioso de la Orden de San Juan de Dios, perteneciente a la Comunidad del Asilo-Hospital Infantil de Barcelona. Durante la persecución religiosa realizó el servicio militar, primero en la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos (Madrid), después en el Hospital Militar de Carabanchel y finalmente en el Hospital nº 1 de Madrid, siendo siempre muy apreciado ante sus jefes por su exactitud para cumplir con las órdenes médicas y servicialidad hacia los enfermos.
Sus compañeros descubrieron que era fraile y buscaron la manera de acabar con él. Consciente del peligro, le dijo a un amigo: “Si morimos por tan justa causa, bien podemos dar gracias a Dios”. Mártir en Madrid, traicionado por un compañero de armas. Antes de morir grito vivas a Cristo Rey y a España. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II.
María del Carmen Viel Ferrando. Beata. (1893-1936).
Martirologio Romano: En la localidad de El Saler cercana a Valencia, siempre en España, beata María del Carmen Viel Ferrando, virgen y mártir, que en la misma persecución llevó a término la gloriosa prueba por Cristo.
Nació en Sueca, Valencia. Quiso ser religiosa, pero luego optó por ser una seglar comprometida en el apostolado seglar. Tuvo siempre una clara conciencia social y apoyó a la juventud femenina obrera. Fue una de las iniciadoras de la obra los Intereses Católicos en Sueca. Pertenecía a la Acción Católica. Trabajó activamente en los sindicatos católicos, promovió la fundación del Sindicato de Corte y Confección. Insistió mucho para que las salesianas abrieran un colegio en su pueblo.
Cuando se inició la guerra civil, presintiendo que su vida corría peligro, se trasladó a Valencia, pero una mujer de su pueblo la denunció a pesar de que la debía favores. Fue detenida y encerrada en una checa, donde solamente estuvo unos días. Fue fusilada en El Saler de Valencia, después de mostrar una gran serenidad y confiada en la Providencia. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001.
Gregorio Lakota. Beato. (1883-1950).
Martirologio Romano: En el campo de concentración de la ciudad de Abez, en la Siberia rusa, beato Gregorio Lakota, obispo de Przemysl y mártir, que al ver despreciada la fe de su patria por los perseguidores, superó los tormentos corporales muriendo intrépidamente por Cristo.
Nació en Holodivka, actualmente Zadnistriany (región de Lviv). Fue ordenado sacerdote en 1908; desempeñó su ministerio pastoral en la diócesis de Przemysl (Polonia). Terminados los estudios en Viena, ejerció la docencia desde 1913 hasta 1918, año en el que fue elegido rector del seminario de Przemysl.
En 1926 fue consagrado obispo auxiliar de Przemyl. En este año las autoridades lo deportaron a Ucrania. Se le infligio una pena de 10 años de cárcel en el campo de concentración de Abez, en las cercanías de Vorkuta (Siberia), que ante las vejaciones de la patria por los comunistas rusos, padeció tormentos corporales por Cristo y murió en este lugar.
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