Martirologio Romano: En San Remo, de la Liguria, en Italia, beata María de la Pasión (Helena) de Chappotin de Neuville, virgen, que, enamorada de la humildad y simplicidad de san Francisco, fundó las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, para el servicio de la mujer en tierras de misión.
Nació en Nantes, Francia, en el seno de una familia de la nobleza. En 1860 ingresó en el monasterio de las clarisas de Nantes. En 1861, aún postulante, tuvo una profunda experiencia de Dios que le invitaba a ofrecerse víctima por la Iglesia y el Papa. Esta experiencia marcó toda su vida. Enfermó gravemente y tuvo que dejar el monasterio. Después de su restablecimiento, su confesor la orientó hacia las religiosas misioneras en la Congregación de María Reparadora, donde fue admitida en 1864, y cambió en Toulouse su nombre por el de María de la Pasión.
En 1865, aún novicia, fue enviada a trabajar en la India, al Vicariato apostólico del Maduré, confiado a los jesuitas, donde las Reparadoras tienen como tarea principal la formación religiosa de una congregación autóctona y otras actividades apostólicas. Fue primero superiora local y en 1867, provincial de los tres conventos de las Reparadoras. Bajo su dirección las obras se desarrollaron, la paz -un tanto turbada por tensiones anteriore- se restableció, y florecieron nuevas comunidades. Pero en el Maduré las disensiones se agravaron hasta tal punto que 20 religiosas, entre ella Helena, se vieron obligadas, en 1876, a dejar las Reparadoras.
En 1976, Helena se dirigió a Roma la regularizar la situación de las 20 hermanas separadas y obtiene del beato Pío IX, en 1877, la autorización para fundar un nuevo Instituto, especificamente misionero, y así fundó las Hermanas Franciscanas Misioneras de María en Maduré, India. Será el primer instituto misionero femenino.
Los primeros años fueron difíciles, pues estaba bajo sospecha. Sufrió la humillación de ser destituida, y rehabilitada un año (1884) después, pero lo hizo en silencio, pidiendo a sus hijas: “Que nunca se hiera la caridad, por defenderse”, y afirmando que los que le habían hecho sufrir “tenían derecho a su agradecimiento”. En 1900 fueron martirizadas en China 7 hermanas. Este martirio fue para Helena, junto a un gran dolor, de un inmenso gozo. Agotada por las fatigas incesantes viajes y el trabajo cotidiano. Murió en San Remo después de una breve enfermedad. Sus restos se encuentran en el oratorio privado de la casa general del Instituto de Roma. Fue beatificada por SS Juan Pablo II el 20 de octubre de 2002.
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