23 de octubre de 2014

Beatos AMBROSIO LEÓN LORENTE VICENTE, FLORENCIO MARTÍN IBAÑEZ LÁZARO y HONORATO ZORRAQUINO HERRERO. M. 1936.



Martirologio Romano: En el pueblo de Benimaclet, Valencia, en España, beato Ambrosio León (Pedro) Lorente Vicente, Florencio Martín (Álvaro) Ibáñez Lázaro y Honorato (Andrés) Zorraquino Herrero, religiosos del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y mártires, que en la misma persecución derramaron su sangre por Cristo


Pedro Lorente Vicente (Ambrosio León), nació en Ojos Negros, Teruel. En 1930, tomó el hábito en los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Terminada su formación en el Escolasticado, fue destinado, en 1932, al Colegio de Nuestra Señora del Carmen de Bonanova. Profesor competente y distinguido, gozaba de alta reputación entre los alumnos.

Álvaro Ibáñez Lázaro (Florencio Martín), nació en Godos, Teruel.  Ingresó en el Noviciado Menor  de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Cambrils en 1927. Empezó su apostolado en la escuela de la Barceloneta, en1932. En el verano de 1933, pasó a la comunidad de la Bonanova, en donde lo sorprendió la persecución religiosa. Hombre bondadoso y optimista por naturaleza, de carácter simpático y cordial. A estas cualidades se aunaban sus dotes para el arte y el canto. 

Andrés Zorraquino Herrero (Honorato Andrés), nació en Bañón, Teruel. En 1924 tomó el Hábito en el Noviciado de Hostalets de Llers de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Terminada su formación pedagógica y religiosa en el Escolasticado de Cambrils, empezó su apostolado en Tortosa y luego, sucesivamente, en Gracia, Barcelona, en 1931, y en Bonanova. De carácter serio, condescendiente y piadoso siempre se mostró solícito con sus Hermanos y alumnos. Hombre de oración personal, sencillo y competente en su labor docente.

Cuando en 1936 los milicianos irrumpieron en el Colegio, Ambrosio León tuvo que abandonar su comunidad, como los demás Hermanos. En Valencia daba clases particulares a algunos niños, pero cuando junto con los Hermanos Honorato Andrés y Florencio Martín trataron de ejercer su profesión de maestros, descubrieron su identidad de religioso y fueron detenidos, procesados sumariamente y ejecutados en Benimaclet. Fueron beatificados por SS Juan Pablo II, el 11 de marzo de 2001, en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia. 

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