6 de octubre de 2014

Beato ARTALDO DE BELLEY. (c. 1101 - 1206).


Martirologio Romano: En la Cartuja de Arvières, en la Borgoña, fundada por él mismo, san Artaldo, obispo de Belley, que tenía cerca de noventa años cuando, a pesar suyo, fue elegido obispo, pero a los dos años renunció, volviendo a la vida monástica, y falleció a la edad de ciento seis años

Nació en el castillo de Sothonod, parroquia de Songieu, en Valromey (Departamento francés de Ain cuya capital es Bourg-en-Bresse). Artaldo transcurrió su juventud en la corte de Amadeo III de Saboya, quien murió en Chipre durante la segunda Cruzada. Con casi veinte años, en el 1120, entró en la Cartuja de Portes (Lione) y cuando tuvo 31 años fue enviado a la diócesis de Ginebra, para fundar allí un monasterio de la Orden cartuja, fundado en el 1084 por san Bruno.
Pero la primera casa, levantada cerca de Mont Colombier, fue destruida un año después por un incendio; entonces Artaldo se desplazó a la meseta de Arviérs donde fundó una nueva cartuja, la de Arviéres-en-Valromey en Saboya, convirtiéndose en su prior. En aquellos días debía ya de tener una reputación de santidad, dado que el papa Alejandro III le hacía confidencias en epístolas escritas después de sus confrontaciones con el emperador Federico Barbarroja. 
Tenía 80 años cuando, muy a su a pesar, Artaud fue elegido obispo de Belley, ciudad francesa y capital de un condado en la Edad Media, siendo el sucesor del obispo Reginaldo; para evitar asumir el cargo se escondió, refugiándose en una gruta para eludir la dignidad episcopal. Descubierto en su escondrijo, se sometió a la voluntad divina. 
Tan sólo estuvo a cargo de la diócesis por dos años, porque en el 1190 consiguió que el Papa Clemente III aceptara su renuncia y por lo tanto pudo regresar a su cartuja en Arviéres, dónde vivió santamente hasta los 105 años. Sus reliquias, reconocidas oficialmente, durante la Revolución francesa, fueron confiadas a la parroquia de Lochieu, y luego de algunos entierros y exhumaciones, el 13 de abril de 1830 regresaron de nuevo a la susodicha iglesia parroquial. El culto de san Artaldo, a quien los cartujos veneran simplemente como beato, fue confirmado en 1834 para la diócesis de Belley por papa Gregorio XVI. 

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