Martirologio Romano: Conmemoración de san Pafnucio, obispo en Egipto, que fue uno de aquellos confesores que, en tiempo del emperador Galerio Maximino, habiéndoles sacado el ojo derecho y desjarretado la pantorrilla izquierda, fueron condenados a las minas, y después, asistiendo al Concilio de Nicea, luchó denodadamente por la fe católica contra el arrianismo.

Durante la persecución de Maximino Galerio, fue objeto de torturas por lo cual perdió un ojo y tuvo una pierna mutilada y fue condenado a trabajos forzados en las minas. En el I Concilio de Nicea en el 325, se le trató con especial fraternidad por sus torturas y por ser monje del desierto y allí persuadió a los Padres para que no obligaran a los clérigos casados a divorciarse de sus mujeres. Fue siempre abierto y misericordioso y gran luchador contra el arrianismo. Gozó del favor del emperador Constantino.
Fue san Pafnucio familiar amigo de Atanasio de Alejandría y estuvo con él en el concilio de Tiro, donde al ver seducido por los Arrianos al obispo Máximo, llegóse a él y tomándolo por la mano, lo sacó de entre ellos, diciéndole: “No puedo sufrir ver entre herejes un obispo que ha padecido por la fe”. Oídas después las razones de Pafnucio volvió Máximo a confesar la fe católica. Finalmente después de haber gobernado muchos años santamente su Iglesia, entregó su espíritu en manos del Creador. Según la leyenda fue quién convirtió a santa Tais de Alejandría. Se dice que murió crucificado en el tronco de una palmera.
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