El que obedece. Dios escucha.
Martirologio Romano: En el monte Admirable, en Siria, san Simeón Estilita el Joven, presbítero y anacoreta, que vivió sobre una columna en trato íntimo con Cristo, y compuso diversos tratados de temas ascéticos y gozó de carismas espirituales.
Nació en Antioquía y era hijo de santa Marta; a la muerte de de su padre por un terremoto en el 526, ingresó siendo niño en la comunidad de Juan Estilita. Su vida está plagada de leyendas poco fiables. En su adolescencia empezó a vivir sobre una columna en la desembocadura del río Orontes y empezó a curar a enfermos y endemoniados, tanto que su fama atrajo a una gran muchedumbre de toda Siria.
Hacia el 534, se construyó una columna de 40 pies, a la que se subió después de ser ordenado diácono por el patriarca de Antioquía. En el 540 predijo la conquista de Antioquía por parte de los persas, a quienes él rechazó varias veces en los asaltos a su monasterio; y en el 541, para huir de la multitud se fue a una montaña cercana y se ubicó en una cavidad en una roca, y los monjes construyeron cabañas a su alrededor; desde aquel momento, el lugar fue llamado Monte Admirable o Colina de los Milagros. En este tiempo profetizó la muerte de Efrén, patriarca de Antioquía y su sustitución por Domnino, y protegió a su ciudad natal de los terremotos del 551 y 557, y curando a los apestados de la epidemia del 542.
Tenía treinta y tres años, fue ordenado sacerdote, sin haber bajado de su columna, puesto que el obispo subió para hacerle la imposición de manos. Al parecer, sobre la columna había una plataforma de amplitud suficiente para que Simeón pudiese celebrar la misa ahí mismo; sus discípulos ascendían por una escalera para recibir la comunión de sus manos.
Para atender a los enfermos que le visitaban, construyó un monasterio dedicado a la Santísima Trinidad, y en el 551, trepó a una nueva columna, situada en el centro del monasterio y la ocupó durante 45 años y desde la que realizó muchos milagros. Fue consultado por personas de toda condición y rango. Fue, a su pesar, ordenado sacerdote, y no fue ajeno a los avatares de su tiempo, manteniendo relaciones con Bizancio y luchando contra las herejías, defendiendo siempre la ortodoxia.
San Juan Damasceno atribuye a Simeón un breve texto en que alaba la veneración a las sagradas imágenes. Hay otros escritos, homilías e himnos, que también se le atribuyen, pero sin razón suficiente.
Nació en Antioquía y era hijo de santa Marta; a la muerte de de su padre por un terremoto en el 526, ingresó siendo niño en la comunidad de Juan Estilita. Su vida está plagada de leyendas poco fiables. En su adolescencia empezó a vivir sobre una columna en la desembocadura del río Orontes y empezó a curar a enfermos y endemoniados, tanto que su fama atrajo a una gran muchedumbre de toda Siria.
Hacia el 534, se construyó una columna de 40 pies, a la que se subió después de ser ordenado diácono por el patriarca de Antioquía. En el 540 predijo la conquista de Antioquía por parte de los persas, a quienes él rechazó varias veces en los asaltos a su monasterio; y en el 541, para huir de la multitud se fue a una montaña cercana y se ubicó en una cavidad en una roca, y los monjes construyeron cabañas a su alrededor; desde aquel momento, el lugar fue llamado Monte Admirable o Colina de los Milagros. En este tiempo profetizó la muerte de Efrén, patriarca de Antioquía y su sustitución por Domnino, y protegió a su ciudad natal de los terremotos del 551 y 557, y curando a los apestados de la epidemia del 542.
Tenía treinta y tres años, fue ordenado sacerdote, sin haber bajado de su columna, puesto que el obispo subió para hacerle la imposición de manos. Al parecer, sobre la columna había una plataforma de amplitud suficiente para que Simeón pudiese celebrar la misa ahí mismo; sus discípulos ascendían por una escalera para recibir la comunión de sus manos.
Para atender a los enfermos que le visitaban, construyó un monasterio dedicado a la Santísima Trinidad, y en el 551, trepó a una nueva columna, situada en el centro del monasterio y la ocupó durante 45 años y desde la que realizó muchos milagros. Fue consultado por personas de toda condición y rango. Fue, a su pesar, ordenado sacerdote, y no fue ajeno a los avatares de su tiempo, manteniendo relaciones con Bizancio y luchando contra las herejías, defendiendo siempre la ortodoxia.
San Juan Damasceno atribuye a Simeón un breve texto en que alaba la veneración a las sagradas imágenes. Hay otros escritos, homilías e himnos, que también se le atribuyen, pero sin razón suficiente.
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