Martirologio Romano: En Constantinopla, nacimiento para el cielo de san Agapito I, papa, que trabajó enérgicamente para que los obispos fuesen elegidos libremente por el clero de la ciudad y se respetase la dignidad de la Iglesia. Enviado a Constantinopla por Teodorico, rey de los ostrogodos, ante el emperador Justiniano confesó la fe ortodoxa, ordenó a Menas como obispo de aquella ciudad y descansó en paz.
Nació en Roma en el seno de una familia aristocrática; era hijo del sacerdote Giordano rector de la Iglesia de los Santos Juan y Pablo sul Celio de Roma, que fue conocido porque fue asesinado durante el cisma contra el papa san Símaco del que era seguidor. Parece que estaba emparentado con los pontífices san Gregorio Magno y con san Félix IV. Fue archidiácono de la iglesia romana y fundó en Roma una escuela con biblioteca que puede considerarse como el inicio de la universidad cristiana.
Fue elegido Papa en 535; lo primero que hizo fue apoyar la tradición canónica de la libertad de las elecciones episcopales; intervino activamente para afirmar el primado jurisdiccional de la Sede de san Pedro. Marchó a Constantinopla, donde murió, para reconciliar a Justiniano con Teodato, rey ostrogodo, fracasando en este empeño. Se negó a nombrar prelado de Constantinopla a Antimo, un obispo eutiquiano y eligió para este cargo al monje san Menas. Le sucedió san Silverio.
Dante lo puso en el sexto libro del Paraíso en la “Divina Comedia”. San Gregorio Magno lo califica de «trompeta del Evangelio y heraldo de la justicia». La Iglesia romana celebró su festividad el 20 de Septiembre, fecha de la traslación de sus reliquias, y no el 22 de Abril fecha de su muerte.
Fue elegido Papa en 535; lo primero que hizo fue apoyar la tradición canónica de la libertad de las elecciones episcopales; intervino activamente para afirmar el primado jurisdiccional de la Sede de san Pedro. Marchó a Constantinopla, donde murió, para reconciliar a Justiniano con Teodato, rey ostrogodo, fracasando en este empeño. Se negó a nombrar prelado de Constantinopla a Antimo, un obispo eutiquiano y eligió para este cargo al monje san Menas. Le sucedió san Silverio.
Dante lo puso en el sexto libro del Paraíso en la “Divina Comedia”. San Gregorio Magno lo califica de «trompeta del Evangelio y heraldo de la justicia». La Iglesia romana celebró su festividad el 20 de Septiembre, fecha de la traslación de sus reliquias, y no el 22 de Abril fecha de su muerte.
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