25 de septiembre de 2014

San AUNACARIO DE AUXERRE. M. 604.


Martirologio Navarro. En Auxerre, de Neustria (hoy Francia), san Aunacario o Anacario, obispo, durante cuyo episcopado se concluyó el llamado Martirologio Jeronimiano.

Abadía de Saint Germain en Auxerre
Nació en Orleans en el seno de una familia perteneciente a la casa de Orleáns que se distinguió tanto por su nobleza como por su virtud. Una hermana suya, santa Austregilda, fue la madre de san Lupo de Sens; fue educado en la corte del rey Gontrán de Borgoña, pero renunció a las pompas del mundo y se puso bajo la dirección espiritual de san Siagrio obispo de Autun. Éste fue quien lo ordenó sacerdote. 
Obispo de Auxerre en el 561. Ordenó que las letanías de los santos fueran cantadas diariamente, por rotación, en los principales centros de la región e impuso la recitación del Oficio Divino en todas las iglesias de la diócesis; además durante su episcopado y en su ciudad fue compuesto el llamado “Martirologio Jeronimiano”. Fue uno de los obispos más influyentes y respetados de su tiempo en Francia, tanto en los círculos civiles como en los religiosos, pero su máxima actividad la desarrolló en el terreno de la disciplina eclesiástica. Estuvo presente en el sínodo de París que presidió san Germán en el año de 573, así como en las dos asambleas de Macon, en 583 y 585. 
Celoso en el establecimiento de la disciplina en su propia diócesis, infatigable en la vigilancia sobre la moral pública y ansioso por instruir a su pueblo en todo lo concerniente a su vida cristiana, Anacario convocó particularmente dos sínodos en Auxerre para aplicar las mencionadas legislaciones en su propia iglesia. En la primera de aquellas asambleas fueron decretados cuarenta y cinco cánones, muchos de los cuales abordaban de manera interesante y nueva los hábitos y costumbres del lugar y la época, cuando los resabios de las supersticiones del paganismo y los abusos en las prácticas del cristianismo. Mandó escribir las biografías de sus dos distinguidos predecesores en la sede de Auxerre, san Amado y san Germán y, con el fin de llevar con más orden y concierto los servicios de su iglesia, aumentó considerablemente los ingresos de su sede. 

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