Martirologio Romano: Conmemoración de los santos esposos Áquila y Prisca o Priscila, colaboradores del apóstol San Pablo, a quien acogían en su casa y por el que expusieron sus cabezas.
Matrimonio de judíos conversos procedentes del Ponto, al sur del mar Negro. Fabricaban tiendas de campaña con tejidos de pelo de cabra en Roma, de aquí fueron expulsados junto a otros judíos durante la persecución de Claudio, durante los años 49 y el 50. Se establecieron en Corinto, donde acogieron a san Pedro (At 18,3), y formaron en su casa una floreciente comunidad eclesial. Colaboraron con san Pablo, que lo acogieron en su casa, pues tenía el mismo oficio que ellos (Hch 18,1-3), se marcharon con Pablo a Éfeso, y allí se quedaron ejerciendo su oficio y transmitiendo la fe, allí convirtieron definitivamente a Apolo (Hch 18, 24-28). Al regreso de su viaje, Pablo los encuentra todavía en Éfeso y allí escribe la “I Carta a los Corintios” “Las Iglesias de Asia os saludan. Os envían saludos Áquila y Priscila en el Señor, junto con la Iglesia que se reune en su casa” (1Cor 16,19). Cuando Nerón fue elegido emperador, regresaron a Roma, donde Pablo les saluda muy cordialmente: "saludad a Prisca y a Áquila, mis cooperadores en Cristo Jesús, los cuales para salvar mi vida expusieron su cabeza" (Rm 16,3-5). En el saludo que Pablo les envía a través de san Timoteo (2 Tm 4,19), nos hace sospechar que regresaron a Éfeso. La tradición los hace mártires durante el imperio de Claudio en Ostia, pero es un cúmulo de fábulas que no podemos aceptar.
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