(Domiciano “Medici”, Domecio).
Casero.
Martirologio Romano: Conmemoración de san Domicio, de sobrenombre “Médico”, eremita en el monte Quros, de Armenia.
Monje persa o frigio que se hizo ermitaño en el monte Quros en la región de los sabinos en Italia; lapidado durante la persecución de Juliano el Apóstata.
También se dice que fue un eremita capadocio que vivió con sus compañeros Mar Sabai y Mar Abai en una gruta del Kurus Dagi (antiguamente Qurus o Qouros), una montaña del Kurdistán a 45 kms de Mardin, hacia el Tigris.
Una tradición siriaca, cuenta que Domicio, todavía pagano, estaba al servicio del emperador Valente, una noche se le apareció un ángel y le regañó por sus sentimientos hostiles a los cristianos, profecitándole graves tribulaciones junto a nuevas pruebas de la divina misericordia. Ante este hecho, dejó el servicio del emperador, se acercó al monte Quros para pedirle la curación del alma al venerable eremita Sabai. Recibió el bautismo y, después de algunos días, la perfecta salud, y permaneció en aquella montaña para llevar vida eremítica durante 30 años. Varios milagros confirmaron su santidad y su fama se difundió por aquella región. Algunos médicos celosos quisieron matarlo pero no lo consiguieron. Murió en aquella gruta asistido por un ángel y fue sepultado allí, y en este lugar luego surgirá un monasterio que llevaría su nombre.
Algunos hagiógrafos le hicieron mártir en la época de Juliano el Apóstata, pero es una confusión con el mártir persa celebrado el 23 de Marzo.
Monje persa o frigio que se hizo ermitaño en el monte Quros en la región de los sabinos en Italia; lapidado durante la persecución de Juliano el Apóstata.
También se dice que fue un eremita capadocio que vivió con sus compañeros Mar Sabai y Mar Abai en una gruta del Kurus Dagi (antiguamente Qurus o Qouros), una montaña del Kurdistán a 45 kms de Mardin, hacia el Tigris.
Una tradición siriaca, cuenta que Domicio, todavía pagano, estaba al servicio del emperador Valente, una noche se le apareció un ángel y le regañó por sus sentimientos hostiles a los cristianos, profecitándole graves tribulaciones junto a nuevas pruebas de la divina misericordia. Ante este hecho, dejó el servicio del emperador, se acercó al monte Quros para pedirle la curación del alma al venerable eremita Sabai. Recibió el bautismo y, después de algunos días, la perfecta salud, y permaneció en aquella montaña para llevar vida eremítica durante 30 años. Varios milagros confirmaron su santidad y su fama se difundió por aquella región. Algunos médicos celosos quisieron matarlo pero no lo consiguieron. Murió en aquella gruta asistido por un ángel y fue sepultado allí, y en este lugar luego surgirá un monasterio que llevaría su nombre.
Algunos hagiógrafos le hicieron mártir en la época de Juliano el Apóstata, pero es una confusión con el mártir persa celebrado el 23 de Marzo.
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