Martirologio Romano: En el pueblo de Castelserás cerca de Teruel siempre en España, beatos mártires José María Muro Sanmiguel, sacerdote, Joaquín Prats Baltueña, religioso, de la Orden de Predicadores, y Zósimo Izquierdo Gil, sacerdote, que consiguieron por Cristo el premio glorioso durante la misma persecución contra la fe.

Cuando las milicias entraron en Calanda el P. Muro, huyendo del peligro, se dirigió a Torre Mazas camino de Alcañiz. El 29 de julio se acerca a una masía de Castelserás para preguntar por el camino más directo para ir a Alcañiz y le encaminan a otra masía donde se encontraban elementos significados del comité. Allí fue fusilado junto con el novicio Joaquín Prats Baltueña.

En 1935 se dirige a Calanda para ingresar como novicio de la Orden Dominicana. Era todavía novicio cuando dio comienzo la revolución.
La tarde del 27 de julio había decidido encaminarse, con otros religiosos, a Zaragoza, pero dada su constitución física algo endeble decidió dirigirse a Mas de Las Matas, a pocos kilómetros de Calanda, lugar de residencia de su abuelo paterno. Llega a Torre Mazas, en donde se encontró con el P. José María Muro Sanmiguel. Desde ahora su historia es paralela hasta el martirio.

Detenido fue interrogado varias veces. Al preguntarle a qué se dedicaba, contestó: “A servir a Dios y a la Virgen, y hacer bien a todos”. Cuando los perseguidores se mofaban con burlas soeces, él correspondía con una delicada sonrisa.
Finalmente lo sacaron junto con dos religiosos dominicos y los llevaron al lugar del suplicio. Se arrodillaron, y al preguntarles qué hacían, Zósimo contestó: «Oramos para encomendamos a Dios y pedir que os perdone pues no sabéis lo que hacéis». Varios disparos acabaron con sus vidas. Murió mártir en Castelserás.
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