29 de mayo de 2015

Beato GUILLERMO ARNAUD y 10 compañeros mártires. M. 1242.

(Guillermo de Tolosa)
Que quiere proteger. Yelmo voluntarioso.

Martirologio RomanoEn Avignonet, cerca de Toulouse, en Francia, beatos Guillermo Arnaud y sus diez compañeros, los cuales, unidos en la tarea de contrarrestar el daño causado por los cátaros, mediante engaño fueron apresados por su fe en Cristo y su obediencia a la Iglesia Romana, siendo muertos a espada en la noche de la Ascensión del Señor, mientras entonaban a una voz el Te Deum. Sus nombres son los siguientes: beatos Bernardo de Rochefort, García d’Aure, Esteban de Saint-Thierry; Raimundo de Cortisan, de sobrenombre Escribán, canónigo; Bernardo; Pedro d’Arnaud, Fortanerio y Ademaro, clérigos; y el Prior de Avignonet, cuyo nombre se ignora.


Guillermo Arnaud
Es un grupo de once mártires (cuatro clérigos seculares: Raimundo de Cortisan, Canónigo de Toulouse y archidiácono de Lézat, Bernardo, Fortanerio yAdemaro; tres dominicos: Guillermo Arnaud, fue uno de los primeros frailes a los que fue encargado el oficio de inquisidor en la diócesis de Toulouse  “en favor de la fe cristiana y de la obediencia a la Iglesia romana”, Bernardo de Rochefort y García d’Aure, dominico converso; dos franciscanos: Esteban de Saint-Thierry, miembro de la Inquisición de Toulouse, y Raimundo Carbonier; un laico: Pedro d’Arnaud, notario de la Inquisición en Toulouse, y el Prior de Avignonet-Lauragais (Francia), monje profeso en Cluse, cuyo nombre lastimosamente no se conoce).
Bernardo de Rochefort
En los albores del XIII siglo en la Francia meridional, en particular en el condado de Toulouse, la vida de la Iglesia estaba turbada por la expansión de la herejía albigense. El papa Gregorio IX decidió intervenir en esta situación que amenazaba degenerar: el 22 de abril de 1234 nombró al dominico Guillermo Arnaud, natural de Montpellier, primer inquisidor en la diócesis de Toulouse, Albi, Carcassone y Agen. El religioso no tardó en poner manos a la obra, aunque posiblemente con excesivo rigor, al punto de hacer exhumar los cadáveres de los herejes para incinerarlos. 
García d'Aure
Comenzó entonces a encontrarse con dificultades, y el Conde de Toulouse, Raimundo VII (simpatizante de la herejía albigense), pidió al Papa que pusiera freno al indomable inquisidor, mandó a sus súbditos que evitasen cualquier contacto con el religioso, y puso guardias en los conventos dominicos. El 25 de noviembre de 1235 todos los hermanos dominicos fueron expulsados de la ciudad de Toulouse, por el excesivo rigor con que llevaron su labor inquisitorial, y se alejaron procesionalmente, cantando himnos sacros.
Pero el odio de los perseguidos por la inquisición era aún muy vivo contra ellos. El balí de Avignonet decidió dar a los inquisidores un sonado escarmiento. En 1242, convencido de que podría ponerle fin a la situación, el señor de Avignonet, Raimundo d'Alfar, invitó a los hermanos a su castillo cercano a Toulouse, con el pretexto de rehacer con ellos relaciones de amistad y presentarles propuestas de conciliación. Habían sido invitados a permanecer en un castillo perteneciente al conde Raimundo VII de Toulouse, pero fue un engaño, y fueron asesinados por los soldados que los esperaban allí. Los asesinos se cebaron especialmente con Guillermo, a quien arrancaron la lengua. 
Estos ilustres protomártires dominicos, como testigos excelsos de su fe, se entregaron al martirio “gozosos como hombres apostólicos” y cantando el Te Deum. El beato Pío IX confirmó su culto el 1 de septiembre de 1886.

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