Dios es misericordioso. El que está en gracia de Dios. Admirable.
Se le llama de "la rejilla" a causa de una reja que rodeaba su tumba. Era un bretón que fue ordenado cisterciense en Claraval bajo el abadiato de san Bernardo; regresó a Bretaña como abad y fundador de los monasterios Buzay y Bégard. Fue elegido obispo de Aleth, sede que trasladó a Saint-Maló.
Según otras fuentes, san Juan tuvo muchas dificultades en la organización de su catedral. Anteriormente, aquella iglesia había estado gobernada por monjes de Marmoutier en Tours, pero el obispo instaló en su lugar a canónigos regulares de San Agustín, por lo que los primeros, resentidos, enredaron a san Juan en fastidiosos litigios. Cuando los obispos franceses dieron su fallo contra él, el obispo Juan, por consejo de san Bernardo, fue personalmente a Roma y expuso el asunto al papa, que decidió a su favor. Sus adversarios, no obstante, encontraron un pretexto para reanudar el litigio y Juan tuvo que volver a Roma. Para que el asunto quedara finalmente arreglado y sus contrarios le dejaran en paz, pasaron dieciocho años. Todavía existe una de las cartas de su correspondencia con san Bernardo sobre este asunto. Los biógrafos de san Juan ensalzan su paciencia en estos prolongados litigios y el notable espíritu de caridad e indulgencia que caracterizó su trato con el prójimo.
Juan fue comisionado para reformar el monasterio de Saint-Méen, de Gaël, y además de las otras casas religiosas que fundó, estableció las abadías de la Sainte Croix de Guingamp y la de Saint-Jacques de Montfort. Llevó una vida de mucha austeridad. Su relación con los cistercienses fue sólo su amistad con san Bernardo que lo elogió por ser amante de la pobreza y de los pobres. Su culto fue confirmado por Julio III en 1517.
No hay comentarios:
Publicar un comentario