(Wolstano, Wulstan, Wulfstan, Wulstano, Ulfstan, Vulstan, Wolstan).
Lobo-piedra.
Nació en Ichtington, Warwickshire, Inglaterra. Estudió en las abadías de Evesham y de Peterborough. Entró al servicio del obispo de Worchester, quien lo ordenó presbítero hacia el 1038. Deseando mayor perfección ingresó como monje en Worchester, donde fue maestro del coro y prior del cabildo catedralicio. Ocupó este cargo, edificando a todos con su caridad y santidad de vida, y con la observancia estricta de la regla.
En el 1062, el rey san Eduardo III “el Confesor” lo nombró obispo de Worchester; trabajó con tanta inteligencia (aunque no era un hombre de inteligencia especialmente dotada para el mando) que fue el único obispo sajón que pudo conservar su sede después de la conquista normanda de Guillermo el Conquistador. Elredo de Rievaulx cuenta la leyenda de que Wulfstan fue llamado a dejar su cargo, y que entonces él depositó su báculo en la tumba de Eduardo el Confesor, en Westminster. El báculo quedó inamovible, como signo del cielo, y eso hizo que conservara su sede.
Durante su episcopado (que duró 32 años), reconstruyó la catedral al estilo sajón y visitó regularmente su diócesis. Favoreció la instalación de los benedictinos en el priorato de Great Malvern. Se dice que nunca pasó por delante de una iglesia sin detenerse a orar ante el altar. Murió mientras lavaba los pies a 12 pobres (lo que hacía a menudo).
Fue oficialmente canonizado en 1203 por Inocencio III, y pertenece por tanto al grupo de las escasas canonizaciones formales anteriores al establecimiento de la Congregación de Ritos.
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