(ing.: Albert of Cashel).
Brillante por su nobleza.
La historia de este santo está envuelta en la más completa oscuridad. Se dice comunmente que fue arzobispo de Cashel, y dicha diócesis le honra como patrón; pero es prácticamente cierto que la diócesis de Cashel no existía en la época que se atribuye a san Alberto.
Según la leyenda, era un inglés que trabajó en Irlanda junto con su hermano, san Erhardo de Ratisbona, y fue elegido obispo de Cashel en Irlanda por aclamación popular. Poco después de su consagración episcopal Alberto escuchó durante un sínodo en el sur de Irlanda un sermón en el que se detallaban los peligros anejos a la posesión de bienes terrenos; reconociéndose en ello, con excesivo escrúpulo, víctima del Mal, en cuanto destinatario de los emolumentos episcopales, abandonó la cátedra y marchó a una pía peregrinación al continente, junto a san Erhardo y algunos discípulos.
Al llegar a Roma, después de un encuentro con el Papa Formoso (891-896), quien les dio la bienvenida y les alentó en sus buenos propósitos. En Roma el grupo se dividió: Alberto visitó Palestina y después se marchó a Ratisbona, para encontrar a su amigo Erhardo. Cuando llegó a la ciudad bávara le llegó la noticia de la muerte de Erhardo y oró al Señor para que le permitiera encontrarlo vivo: la leyenda narra que la oración de Alberto fue escuchada. Otros relatos dicen que Alberto rogó a Dios que le llevara también a él de esta vida, y murió pocas horas después. Patrón de Cashel en Irlanda.
Todos los datos que poseemos sobre san Erhardo nos hacen situarle en el siglo VII, por consiguiente, es imposible que haya visitado Roma en tiempos del papa Formoso. De hecho, este Erhardo de la leyenda de san Alberto es el mismo san Erhardo de Ratisbona que celebramos hoy, 8 de enero, de un siglo anterior. Tiene culto local. Patrón de Cashel en Irlanda.
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