Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Asela, virgen, que, como escribe san Jerónimo, vivió hasta la ancianidad dedicada a los ayunos y oraciones.

Trabajaba para sí y para los pobres, y en la oscuridad visitaba las tumbas de los mártires. La vida durísima no le malgastó el físico, y a sus cincuenta años era bellísima. "Nada mas alegre que su severidad -decía san Jerónimo- nada mas severo que su alegría. Nada más grave que su risa; nada mas atractivo que su tristeza... Su palabra es silenciosa, y su silencio habla".
Cuando san Jerónimo debió dejar Roma, por calumnias e incomprensiones, la escribió, para abrirle el corazón y hacer una apasionada defensa contra las calumnias y las injusticias: "Acuérdate de mi, oh insigne modelo de pudor y virginidad, y con tus oraciones aplaca los embates del mar". Cuando era ya muy anciana, el historiador, Paladio, escribía "He visto en Roma a la bella Asela, esta virgen envejecida en el monasterio. Era una mujer muy dulce, que llevaba diversas comunidades".
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