21 de diciembre de 2014

San PEDRO CANISIO. (1521-1597). Doctor de la Iglesia.


Martirologio Romano: San Pedro Canisio, presbítero de la Compañía de Jesús y doctor de la Iglesia, el cual, enviado a Alemania, se dedicó con ahinco a defender la fe católica y a confirmarla con la predicación y los escritos, entre los que sobresale el Catecismo, encontrando el reposo de sus trabajos en Friburgo, población de Suiza.


Nació en Nimega (Holanda) y se llamaba Peter Kanijs (otros autores dicen que el apellido era De Hondt (el Perro) y que lo latinizó en “Canisius”; su padre era el burgomaestre de Nimega. Cumpliendo los deseos de su familia estudió en Colonia en 1536 (donde obtuvo el título de doctor en letras) y, Derecho canónico en Lovaina en 1539. Se hizo abogado y en la universidad de Colonia oyó a un joven sacerdote jesuita muy culto, llamado beato Pedro Fabro, que le dijo: "Si logras conocer a Cristo, todo andará bien, aun cuando en lo demás seas ignorante". Con 19 años hizo voto de virginidad perpetua: "Lo hice libre y alegremente; y jamás me he arrepentido de ello". Sus biógrafos dicen que en su juventud era: irritable, pendenciero, quisquilloso, vanidoso, engreído y bastante terco... Por otra parte tenía inclinaciones naturales hacia la bondad, el perdón y una acendrada piedad.
Era ya doctor en Filosofía, cuando ingresó en la Compañía de Jesús. Se doctoró en Teología en Colonia y se dedicó a la publicación de obras patrísticas (dos volúmenes sobre Cirilo de Alejandría y León Magno), y representó los intereses de su ciudad en la dieta de Worms, en 1545, ante el emperador Carlos V. En 1546, fue ordenado sacerdote en 1546, siendo invitado a participar como teólogo del cardenal de Augsburgo, en el concilio de Trento. Participó en las sesiones del concilio que se celebraron en Bolonia. Enseñó retórica en Messina (Sicilia) y en 1549, hizo solemne profesión religiosa en Roma como el octavo jesuita de la Compañía.
 Vuelto a Alemania, en los tres decenios siguientes, se convirtió en el principal fautor del movimiento católico de renovación en el clima del cisma protestante. Fue nombrado rector de la universidad de Ingolstad (1550) y luego pasó a Viena (1552), ya que la situación en Austria era peor que en Baviera. Después de una breve estancia en Roma (1552), donde emprendió la edición de “San Cipriano” (luego interrumpida), volvió a Alemania como provincial de la Compañía (1556). Su jurisdicción comprendía, además de Alemania, también Austria y Bohemia; fundó colegios en Ingolstad, Praga, Innsbruck, Tréveris, Maguncia, Dillingen, Spira y Würzburg. Estos colegios fueron uno de los factores más importantes de la reforma católica. Pío IV, en recompensa por su celo de predicador antiprotestante, le dirigió un “Breve” en 1561; fue encargado por el prepósito general de la Orden (san Francisco de Borja), por deseo de san Pío V, de confutar la compilación apologética protestante de las “Centurias de Madeburgo”. Fue consejero de los príncipes católicos, como el emperador Fernando I, y trató de arreglar los contrastes entre éste y el papado, que habían conducido en 1562, a la crisis del concilio: el emperador, que quería que el concilio votase medidas incompatibles con los derechos de la Santa Sede, necesitada de una reforma, cedió ante el cardenal legado Morone. Nombrado visitador de la Alta y Baja Alemania (1565-1566), logró impedir una nueva guerra religiosa, después de que la dieta imperial de Augsburgo (1555) asumiera posiciones filoprotestante. Si bien se opuso a la reforma protestante de forma categórica, predicó la misericordia y la salvación del hombre. 
Desde 1569, se dedicó, después de haber sido exonerado el cargo de provincial, a la acción en defensa de la fe católica en Europa central, y compuso su “Catecismo”, que en menos de diez años alcanzó 55 ediciones, condensando la “Summa doctrinae christianae” (1555) en catecismos. Con otras muchas publicaciones, como la respuesta a los centuriadores protestantes, Canisio quiso difundir la genuina fe católica. De sus libros destacamos “De María Virgine incomparabili”, en el que defiende la virginidad de María. Acompañó al cardenal Morone en la dieta de Ratisbona (1576); luego fue designado para fundar el colegio de San Miguel en Friburgo (Suiza), donde permaneció desde 1581, hasta el fin de su vida. Se le llamó "el martillo de los herejes". Enfermó de hidropesia, y sus últimos diez años fue un martirio de soledad, ayudado por la oración. Murió plácidamente mientras recitaba la invocación "Ut nobis indulgeas". Ha sido considerado el segundo apóstol de Alemania después de san Bonifacio. San Pedro Canisio fue canonizado y declarado doctor de la Iglesia en 1925 por SS Pío XI.  MEMORIA FACULTATIVA. 

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