Martirologio Romano: En el pueblo de Picadero de Paterna siempre en el territorio de Valencia, beatos mártires Enrique Juan Requena, sacerdote, y José Perpiñá Nácher, que llevaron hasta el final la gloriosa prueba por Cristo.
Enrique nació en Aielo de Malferit. Sus padres tuvieron catorce hijos, dos de los cuales murieron mártires. Estudió en el Seminario de Valencia y fue ordenado en 1930. Trabajó en ejemplar sintonía espiritual con el beato José Aparicio Sanz. Coadjutor de Enguera. Martirizado junto a su párroco José Aparicio Sanz en el Picadero de Paterna.
José nació en Sueca (Valencia) en 1911. Fue catequista en su parroquia y visitaba a los enfermos y a los pobres. Escribió algunos artículos periodísticos en defensa de la fe católica. Había sido telegrafista en el vapor “Buenos Aires” y cursó después Derecho en Santiago de Compostela. Llegó a ser secretario del sindicato de la policía rural. El risueño abogado, se casó en 1935 con Francisca Bosch Piera. Era miembro de la Acción Católica, y defendió a los pobres gratuitamente. También era miembro de las Conferencias de San Vicente de Paúl, y adorardor nocturno. Hombre muy devoto, recibía la Eucaristía diariamente, y se distinguió por su trabajo catequístico y también como periodista.
Al iniciarse la guerra civil, se escondió, pero su familia le aseguró que no le pasaría nada y regresó a su casa. Fue detenido y conducido a la cárcel Modelo de Valencia, donde dio ejemplo de entereza animando a sus compañeros. Antes de abandonar la cárcel, para su último viaje comentó a un ordenanza: “El Señor me concede la gracia por la que tanto he suspirado: el martirio”. Previamente había dicho a su joven esposa que volviera a casarse. Fue fusilado en el Picadero de Paterna. SS. Juan Pablo II los beatificó junto con otras 232 víctimas de esa persecución.
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