Martirologio Romano: En la ciudad de Cotiniola, en la Emilia, beato Antonio Bonfadini, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, el cual, predicando la Palabra de Dios, durante largo tiempo recorrió muchas regiones de Italia y lugares de Tierra Santa.

Antonio quiso también extender su apostolado a los pueblos a los que aún no había llegado la luz del Evangelio. Inspirado por Dios pensó en la misión de Tierra Santa. Dicha misión había sido fundada por el mismo san Francisco en 1217. No sabemos de cierto el tiempo que permaneció Antonio Bonfadini en Palestina, ni las actividades que desempeñó. Pero su avanzada edad no le permitía desarrollar una actividad apostólica normal, y tal vez por eso decidió regresar a Italia.
Lleno de méritos y de años con profundo pesar, emprendió el viaje de regreso, que fue más pesado que el de ida. Su meta debía ser el convento de Ferrara, donde deseaba terminar sus días. Sin embargo, al llegar a Italia se olvidó del cansancio, de las enfermedades y de los años, y reemprendió con renovado ardor su apostolado de predicación por ciudades y campos. Fue inmenso el bien realizado en este final de su vida. Agotadas sus fuerzas, entregó su alma a Dios en Cotignola, en el Hospital de los Peregrinos. Tenía 82 años de edad. En dicha ciudad gozó siempre de una gran veneración, y lo llaman "el Santo de Cotignola". Su cuerpo permanece incorrupto. El papa León XIII aprobó su culto el 13 de mayo de 1901, y su fiesta se celebra el 1 de diciembre.
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