Martirologio Romano: En los montes de la región de la Cogolla, no lejos de la ciudad de Logroño, en España, san Emiliano o Millán, presbítero, que, después de llevar vida eremítica y clerical, abrazó la monástica y se hizo famoso por su generosidad para con los pobres y el don de profecía.

Pasado algún tiempo y renovado en su espíritu, volvió a su casa. No pudó vivir en la paz de la soledad por la ingente cantidad de gentes que iban a pedirle consejo, por lo cual se marchó a lo más intrincado y remoto del monte Distercio, en La Rioja. Le quisieron ordenar presbítero y nombrar párroco pero cuando lo supo comenzó hacer obras de caridad, que despertó la envidia y la calumnia de los propios presbíteros y así pudo volver a su soledad, sin tener que decir que no quería ser ordenado.
Otros autores afirman que llegó a ser ordenado sacerdote por el obispo de Tarazona, Dídimo, pero como repartía las rentas de la Iglesia entre los pobres, fue acusado al obispo que le quitó la parroquia de Santa Eulalia de Vergegium y así se pudo retirar a la soledad que era lo que quería. Fundó un cenobio en Suso, que luego se convertirá en un monasterio. Se le juntó un discípulo llamado Aselo y con él comenzó una comunidad que se extendió por La Rioja y en torno a su figura se constituyó el germen del gran monasterio de San Millán de la Cogolla. Sobre su vida se han escrito muchas leyendas y milagros fantásticos. Copatrono de España.
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