Martirologio Romano: En la región de Blois, en Francia, san Eusicio, solitario, que construyó su estrecha celda al pie del monte Caro.
San Gregorio de Tours habla de él en la “Gloria de los Confesores”. Eusicio había renunciado a todo para dedicarse a la oración en soledad, en Bless, Francia. Pero las gentes iban a buscarle, y sobre todo parece que se especializó en la curación del mal de garganta, especialmente con los niños. No siempre los que fueron sanados por él, le mostraron gratitud. Una vez, un hombre al que había curado, regresó por la noche para robarle, pero el santo al darse cuenta de su intención le donó lo que le había robado “por el esfuerzo que había mostrado para obtenerlo” y luego le exhortó para que no volviera hacerlo. Una de sus características era la de tener un gran sentido del humor.
También puede ser el san Eusicio, nacido en Berry, que después de haber sido monje en Patriciacum, cerca de Romorantin, gracias al apoyo del rey Childeberto a quien predijera que triunfaría contra los visigodos, fundó la abadía de Chelles sur Cher, en Berry o Celle Saint Eusice que a causa de un error ortográfico se convirtió en Selles sur Cher.
Después de la consumación de la profecía, el rey Childeberto, de vuelta de España, le habría ofrecido la mitad del botín de guerra; sin embargo, Eusicio, como todo favor le pidió que liberara a los prisioneros encadenados. Su fama de taumaturgo se apoya en numerosos y fabulosos milagros. Patrón de Romorantin y de Selles sur Cher.
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