San Justo de Trieste. M. 303.
Nació y vivía en Venecia Julia (Trieste) y su fe era conocida por sus conciudadanos: hombre de gran penitencia y generosidad, cristiano desde la infancia “gracias a mis padres”. Durante la persecución de Diocleciano, llegó la orden a la ciudad de convencer a los cristianos para que apostataran, Justo fue uno de los primeros en rechazarla y por tanto fue encarcelado. El prefecto Manazio lo sometió a atroces torturas, sin que consiguiera doblegar su voluntad. El suplicio duró varios días hasta que Manazio lo condenó a muerte arrojándolo al mar, con pesos atados a los pies. Patrón de Trieste.
Martirologio Romano: En Sebaste, de Armenia, santos Carterio, Estiriaco, Tobías, Eudoxio, Agapio y compañeros mártires, que, siendo soldados, en tiempo del emperador Licinio fueron arrojados a las llamas por permanecer en la fe de Cristo, según nos refiere la tradición.
Es un grupo de 10 soldados cristianos del ejército del emperador Licinio, que murieron quemados en Sebaste de Armenia.
San Ambrosio de Agauno. M. c. 520.
Martirologio Romano: En el monasterio de Agauno, entre los helvecios (hoy Suiza), san Ambrosio, abad, que primeramente fue padre del monasterio de Insula Bárbara, cerca de Lyon, siendo trasladado a él por su ejemplar observancia religiosa y estableciendo allí la práctica de la alabanza perpetua.
San Domnino de Vienne. M. 657.
Martirologio Romano: En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Domnino, obispo, que se dedicó a la redención de los cautivos.
Arzobispo de Vienne. Sucedió a san Desiderio, mártir en Vienne; se dedicó con particular atención al rescate de los prisioneros capturados en las guerras que se desarrollaron en aquel periodo.
Santa Winefrida. M. 660.
Martirologio Romano: Junto a la fuente de Holywell, en Cambria, santa Winefrida, virgen, a la que se venera como monja eximia.
Nació en Holywell, en Gales y, según la tradición, era sobrina de san Beuno. Se cuenta que vivió - desde que era muy joven - asaltada por Caradog de Hawarden, un hombre que intentaba seducirla del modo que fuera. Cansado e irritado por no conseguir su objetivo de violarla, cuando iba un día a la iglesia, la siguió. Estando la joven sumida en su intimidad con el Señor mediante la oración, se acercó y le dio muerte, decapitándola. Del lugar en el que cayó su cabeza, nació una fuente, dando origen al pozo sagrado de Holywell, que desde entonces es lugar de peregrinación.
Otra versión de la leyenda dice que la santa fue resucitada por su tío y llegó a ser abadesa de Gwytherin en Clwyd. Esta santa es un personaje histórico, pero su verdadera historia no puede ser reconstruida.
En la Edad Media se propagó su culto por muchos sitios, debido, en parte, a la salida de los galeses de una parte para otra. Tanto Hoywell como Shrewsbury se han convertido en centros de peregrinación.
San Jorge de Vienne. M. 699.
Martirologio Romano: En Viennes, de Burgundia, san Jorge, obispo.
Obispo de Vienne que fue canonizado en 1251; las noticias que tenemos de él son muy escasas.
San Amico de Rambona. s. XI.
Según la tradición local, Amico nació en Monte Milone, hoy Pollenza (en la diócesis y provincia de Macerata), en el seno de una familia de la nobleza. Fue el segundo abad benedictino de la abadía de Rambona, sucediendo a Olderigo; parece que fue ordenado sacerdote por un obispo simoniaco, pero eso no fue óbice para que se declarara nula su ordenación. Su sepulcro en la abadía, fue muy visitado en la antigüedad.
Juan Bodey. Beato. (1549-1583).
Martirologio Romano: En Aodover, en el condado inglés de Hampshire, beato Juan Bodey, mártir, que, siendo maestro de escuela, por no aceptar la autoridad de la reina Isabel I en los asuntos espirituales, murió ahorcado y descuartizado.
Nació en Wells (Inglaterra), en el seno de una familia católica. Estudió en el New College de Oxford, donde llegó a ser miembro perpetuo, pero su religión le causó dificultades, por lo que estudió Derecho en Douai, regresó a Inglaterra en 1578 y trabajó como maestro de escuela.
En 1580, acusado de ser católico, fue arrestado y encarcelado. Llevado ante el tribunal se le condenó a muerte por negarse a jurar el decreto de supremacía religiosa de la reina. Dejado en la cárcel y no ejecutado, fue procesado de nuevo en el cual tuvo una discusión que se hizo célebre con el deán de Winchester acerca de la potestad de los reyes en materia religiosa. Condenado a muerte por segunda vez, estuvo encarcelado tres años, fue llevado al patíbulo donde se mostró sereno. Sus últimas palabras fueron una invocación del nombre de Jesús. Fue ahorcado y descuartizado en Andover. Se cuenta que la madre del beato celebró el martirio de su hijo con un banquete a sus amigos.
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