14 de noviembre de 2014

OTROS SANTOS DEL DÍA:


Santa Veneranda. s. II. 
Nació pagana, y se convirtió al cristianismo con tanta fe que consagró su virginidad a Cristo. A los 30 años se dedicó a la predicación que la llevó hasta Roma. Donde fue apresada, durante el imperio de Antonino Pío, y como no se la pudo hacer apostatar, murió decapitada. Muy venerada en Francia. 

San Rufo de Aviñón. M. c. 200. 
Martirologio Romano: En Aviñón, de la Provenza, san Rufo, considerado como el primero que estuvo al frente de la comunidad cristiana de esta ciudad.
Primer obispo de Aviñón. Su existencia es cierta pero las biografías que se han escrito sobre él no tienen valor histórico, ya que se dice que era hijo de san Simón el Cireneo, y que expulsado de Palestina, desembarcó en Marsella con santa María Magdalena, san Lázaro de Betania y sus hermanas. Predicó el evangelio en Aviñón. Después habría fundado la diócesis de Tortosa, regresando a Francia, donde en el año 70 habría sido elegido primer obispo de Aviñón. 

San Teódoto. s. III. 
Heraclea de Tracia
Martirologio Romano: En Heraclea, de Tracia, san Teodoto mártir.
Junto con Clementino y Filomeno. Mártires en Heraclea (Tracia). Se les venera en la diócesis de Poitiers. Su martirio tuvo una gran repercusión en la expansión de la fe en el Mediterráneo oriental.

San Hipacio de Gangres. M. c. 340. 
Martirologio Romano: En Gangres, de Paflagonia, san Hipacio, obispo, que murió mártir, lapidado en un camino por los herejes novacianos.
Obispo de Gangres en Paflagonia, sucedió al obispo Atanasio; su actividad pastoral se centró en una acendrada lucha contra los paganos, con la destrucción de los templos, la institución de ermitas, la construcción de iglesias y la fundación de un hospicio abierto a todos. 
Fue escritor de obras espirituales, entre las cuales destaca una interpretación de los “Proverbios de Salomón”, que dedicó a Gayana, una de sus cooperadoras en las obras de caridad. Se relata una extraordinaria y dudosa historia que sitúa a Hipacio como liberador de un peligroso dragón, que guardaba el tesoro del emperador arriano Constanzo II. 
 Los Sinaxarios bizantinos afirman que participó en el concilio de Nicea y fue uno de los más ilustres defensores de la divinidad de Cristo. Su nombre también aparece en las listas de los participantes del Concilio de Gangres (340). Fue atacado por un grupo de herejes novacianos que lo lapidaron, emboscados en una garganta junto a Luziana. Patrón de la ciudad de Tiggiano (Lecce).

San Dubricio de Bardsey. M. 545. 
Martirologio Romano: En la isla de Bardsey, en la costa de Cambria septentrional (hoy País de Gales), san Dubricio, obispo y abad.
Según se cuenta en el poco histórico «Liber Landavensis», era hijo (de padre no identificado) y de Eurddil, hija de Pebia Claforwg (príncipe de la región de Ergyng -Erchenfield en Herefordshire-), y nació en Madley (Gales). De niño destacó por su inteligencia precoz, y cuando alcanza la edad adulta ya es conocido como un erudito en toda Gran Bretaña. 
Es uno de los fundadores de la vida monástica de Gales; sus principales fundaciones fueron los conventos de Henllan y Moccas, desde los cuales fundó otras casas religiosas donde ahora están Herefordshire, Gwent y Wye Valley. La isla de Caldey pertenecía a su jurisdicción, y nombró a san Sansón de Dol, abad del monasterio local; más tarde lo ordenó obispo. Una leyenda posterior hace de Dubricio, arzobispo de Caerleon (Gales). Murió en la isla de Bardsey. 
Su cuerpo fue trasladado por Urbano, Obispo de Llandaff, a una tumba antes el altar de la Virgen en «el antiguo monasterio» de la ciudad episcopal, que posteriormente se convirtió en la iglesia catedral de San Pedro.

San Juan de Traú. M. 1111. 
Martirologio Romano: En Traú, en Dalmacia, san Juan, obispo, que, siendo ermitaño en un monasterio camaldulense, fue ordenado obispo y defendió felizmente la ciudad de la destrucción intentada por el rey Colomano.
Obispo de Tragurio (Dalmacia), que, siendo eremita en el monasterio camaldulense de Osorín, fue ordenado obispo, defendiendo con éxito la ciudad de los ataque del rey Colomán. 

San Siardo. M. 1230. 
Martirologio Romano: En Mariëngaarde, en Frisia, san Siardo, abad, de la Orden Premonstratense, notable por su observancia regular y por su prodigalidad para con los pobres.
Abad premostratense del monasterio de Mariengarden en Frisia (1196-1230). Destacó por su observancia regular y por su generosidad con los pobres. 

Juan de Licio. Beato. (1400-1511). 
Martirologio Romano: En Caccamo, de Sicilia, beato Juan de Licio, presbítero, de la Orden de Predicadores, eminente por su incansable caridad para con el prójimo, por la propagación del rezo del Rosario y por la observancia de la disciplina regular, descansando en el Señor a los ciento once años de edad.
Nació en el pueblo siciliano de Caccamo. Se hizo dominico cuando tenía unos 15 años, y fue enviado a Palermo, allí encontró con san Pedro Jeremías, entonces visitador de la Orden, el cual le admitió entre los dominicos. Fue ordenado sacerdote y, después de algunos años de estudio, fue un buen predicador. En su pueblo natal fundó el convento de los dominicos llamándolo de Nuestra Señora de los Ángeles. Fue prior y se distinguió por su sabiduría, su humildad, su obediencia y su piedad. Murió en Cáccamo, Sicilia, destacado por su caridad infatigable para con los pobres, por la propagación del rezo del Rosario y por el cumplimiento de la disciplina religiosa. 

Gaspar Nishi Genka, Úrsula y Juan Mataichi Nishi. Beatos. M. 1609. 
Lugar del martirio.
Martirologio Romano: En Ikitsuki, Hirado, martirio del samurai Gaspar Nishi Genka, con su esposa Úrsula y su hijo primogénito Juan Mataichi Nishi.
Gaspar era samurai y catequista. Era marido de Úrsula Nishi y padre de Juan Mataichi Nishi. Mártir, con 54 años, en Ikitsuki en Japón. 
Hijo de Úrsula es el padre beato Tomás Hyoji de San Jacinto, o.p., mártir en 1634, también fue martirizado su otro hijo Miguel con su esposa e hijo en 1634, por haber dado alojamiento a su hermano, el padre santo Tomás.
El samurai Gaspar Nishi era protector y padre de los pobres y campesinos. El martirio de esta familia fue promovido de modo especial por un bonzo principal de Hirado, de una secta budista, mitad bonzos mitad soldados, prohibidos posteriormente, que era amigo del "daimyó". Los datos precisos del martirio se encuentran en la carta de monseñor Cerqueira, del 10 de marzo de 1610, dirigida al Papa Pablo V.
Los mártires se prepararon con oración para el martirio. Gaspar, samurai, pidió morir como Jesús en una cruz, pero sólo se le concedió ser decapitado en el lugar donde anteriormente el misionero padre Torres había levantado la cruz.

Úrsula murió, con 54 años en Ikitsuki, Japón. Úrsula y su hijo Juan murieron decapitados, arrodillados y pronunciando los nombres de Jesús y María. En sus cabezas, expuestas públicamente, pusieron la causa de la muerte: "por ser cristianos". Sus cuerpos fueron llevados a Nagasaki y posteriormente, en 1614, a Macao. 

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