Martirologio Romano: En la aldea de Triora en Liguria, beato Tomás Reggio, obispo de Génova, que, uniendo a la austeridad de vida una admirable benignidad de maneras, favoreció la concordia entre los ciudadanos y prestó con todos modos la asistencia a los necesitados, demostrandose siempre partícipe de los problemas de la humanidad.

En 1877 fue elegido obispo de Ventimiglia, donde estuvo 15 años y realizó una gran labor pastoral, convocando tres sínodos diocesanos. Cuando en 1887 un terremoto sacudió la Liguria, ofreció su ayuda a los damnificados, poniendo a todos los párrocos a trabajar.
En 1892 fue nombrado arzobispo de Génova, a pesar de que le había escrito al Papa de que le concediese el retiro por sus escasas limitaciones. Como obispo de Génova, hizo alarde de prudencia, sabiduría y celo en el régimen de la diócesis y terminó con la mala imagen que en aquellos momentos tenía su diócesis. Convocó el sínodo diocesano y abrió la facultad de Derecho Canónico. Ayudó a los obreros y a los emigrantes, consiguiendo para ellos derechos laborales. Fundó las Hermanas de Santa Marta que tienen la finalidad de “responder a las necesidades de todos los tiempos”, acogiendo a los más pobres. Murió en Triora mientras iba en peregrinación al santuario del Redentor en el Monte Sccarello, diciendo: “Dios, Dios, ¡sólo Dios me basta!”.
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