Martirologio Romano: En Cudot, en la región de Sens, en Francia, beata Alpaide, virgen, que, siendo jovencita, cruelmente herida y abandonada por los suyos, vivió recluida en una minúscula celda hasta la ancianidad.

Su paciencia y su amabilidad conmovieron a sus contemporáneos. Tuvo el don de consejo, que llevó a lecho de los más pobres como de los prelados y magnates, que querían escuchar su palabra evangélica. El obispo de Sens mandó construir una capilla junto a su habitación para que pudiera asistir a la Misa. La rectoría de la iglesia se confió a un grupo de canónigos regulares a las órdenes de un prior.
Fue adornada con dones místicos, éxtasis y visiones. La reina de Francia, Adela, esposa de Luis VII, en el 1180 destinó a la iglesia de Gudot una renta aunual de bastante trigo por amor a Alpaix. También tuvo otras donaciones. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia y el pueblo pronto la veneró como una santa. En 1874 la Sagrada Congregación de Ritos, luego del debido proceso informativo, confirmó el culto inmemorial.
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