Santos Luciano y Marciano. M. c. 250.
Martirologio Romano: En Nicomedia de Bitinia, en la actual Turquía, santos Luciano y Marciano, mártires, que se narra fueron quemados vivos durante el emperador Decio, por orden del procóncul Sabino.
Es un grupo de mártires de Nicomedia durante la persecución de Decio, compuesta por Luciano, Florio y Marciano; sus Actas han sido retocadas. En la diócesis de Vich, se añade Marciano, quitando a Florio, diciendo, la leyenda, que eran hermanos nacidos en Vich (o Nicomedia) y que eran paganos y se dedicaron al estudio de la astrología y a la magia. Fueron unos grandes magos pero su magia se estrelló frente a la resistencia de una joven cristiana, consagrada su virginidad, como no podían con ella, decidieron abjurar de su magia y se hicieron cristianos y ordenaron sacerdotes. Optaron por la vida eremítica, pero luego decidieron predicar el evangelio. Fueron apresados por el juez Sabino, y condenados a morir en la hoguera. Jacinto Verdaguer les dedicó su primer gran poema.
Santos Rogaciano y Felicísimo. M. 256.
Martirologio Romano: En Cartago, conmemoración de san Rogaciano, presbítero, que, durante la persecución bajo el emperador Decio, su obispo, san Cipriano, le confió la administración de la Iglesia de Cartago, y junto con san Felicísimo padeció torturas y cárceles por el nombre de Cristo.
El presbítero Rogaciano y el laico Felicísimo pertenecían a la iglesia de Cartago. Fueron apresados en un tumulto callejero y murieron mártires, durante la persecución de Valeriano. Afrontaron el martirio con excepcional valor y constancia. San Cipriano los presenta como ejemplo en su “Carta a los que van a confesar a Cristo con su sangre”.
San Amando de Estrasburgo. M. 346.
Martirologio Romano: En Argentorato (hoy Estrasburgo), de Germania, san Amando, considerado como primer obispo de esta sede.
Primer obispo de Argentorato (hoy Estrasburgo). Tomó parte, en el 346, en el concilio de Sardes, en el que subscribió las Actas. Ya en tiempos de Constantino el Grande era obispo de la ciudad, que había sido convertida, en gran parte, al cristianismo por los obispos vecinos y por los sacerdotes que en aquellas diócesis habían sido ordenado. Sus reliquias fueron muy veneradas.
Santos Alor y Alano de Quimper. s. VI.
Fueron obispos de Quimper en Bretaña, sobre ellos no hay noticias fidedignas, excepto que se les ha venerado desde tiempos antiguos. Su leyenda se ha copiado de la de san Alano de Lavaur. Tradición que a su vez procede de la de san Amando de Elnone.
San Aptonio de Angulema. M. c. 567.
Iglesia de Saint-Aptone |
Martirologio Romano: En Angulema, ciudad de Aquitania, san Aptonio, obispo.
Obispo de Angulema, ciudad de Aquitania. Fue elegido para la sede hacia el 541. Asistió al V concilio de Orleans del 549. Parece que bendijo la reclusión de san Eparquio de Angulema en el 542 y en el 558 fue garante de un rescate de esclavos operado del santo recluso. Se cree que murió en el momento que su sucesor Mererio participó en el 567 en el concilio de Tours sin haber recibido la consagración episcopal.
Ademaro de Chabannes y “La Historia pontificum et comitum Engolismensium” dicen que fue un capellán de Clodoveo. Relatan que al obtener con sus oraciones la rendición de la ciudad de Angulema, en premio fue nombrado obispo de la misma. Sobre este episodio, que parece bastante sospechoso de veracidad, se fundaba la pretensión de sus sucesores de ser capellanes oficiales del rey de Francia en Aquitania.
Martirologio Romano: En Metz, ciudad de Austrasia, san Sigebaldo, obispo, fundador de diversos monasterios.
Obispo de Metz (716-740); fue un promotor de la cultura, y constructor de escuelas y abadías, particularmente la de Neuweiter (construida junto a san Pirmino de Reichenau) y Saint-Avold, también fue un hábil administrador.
San Bonifacio tala el árbol de Thor en Büraburg |
San Witta de Büraburg. M. c. 786.
Martirologio Romano: En el monasterio de Hersfeld, en Germania, sepultura de san Witta o Albino, primer obispo de Büraburg, el cual, oriundo de Inglaterra, fue llamado por san Bonifacio y recibió el encargo de sembrar la simiente de la Palabra de Dios en la región de Hesse.
Monje anglosajón; su nombre en la lengua local era Witta, pero lo latinizó en Albino cuando empezó a trabajar con san Bonifacio en la conversión de Germania. En el 741, fue ordenado primer obispo de Büraburg. Murió en el monasterio de Heresfeld en Alemania y donde está enterrado.
Martirologio Romano: En Escocia, san Beano, obispo de Mortlach.
Obispo fundador de la diócesis escocesa de Mortlach (Banff), que fue la precursora de Aberdeen (Escocia). Se dice que fue consagrado obispo por el papa Benedicto VIII, por la petición de Malcolm Canmore, que se supone fundó un monasterio episcopal en Mortlach. Si esto fuera verdad, estaríamos en los años 1012 y 1024, pero la diócesis de Mortlach, parece que no se fundó hasta el 1063. La morada de Beano parece que estuvo en Balvanie, cerca de Mortlach (Bal-Beni-Mor, "la morada del gran Bean").
Martirologio Romano: En Pavía, de la Lombardía, san Fulco, obispo, que, de origen escocés, fue varón pacifico, insigne por su trabajo y su caridad.
Nació en Piacenza, en el seno de la célebre familia de los Scotti. Entró, con 20 años, en los canónigos regulares de Santa Eufemia en su ciudad, y fue enviado a estudiar Teología a París. De regreso a su tierra, con treinta años, fue elegido prior de Santa Eufemia de Piacenza, después canónico, luego arcipreste de la catedral. Finalmente fue elegido obispo de Piacenza. Seis años más tarde, fue elegido obispo de Pavía, y como tal dedicó su vida a guardar la paz entre Piacenza y Pavía que estaban continuamente en guerra. Buscó primero la paz entre sus conciudadanos, divididos por facciones políticas. Después fue mediador de la paz entre las dos ciudades, que se habían olvidado de la fraterna caridad. Durante sus servicios como pacificador, murió. Sus restos se conservan en la catedral de Pavía.
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