17 de octubre de 2014

OTROS SANTOS DEL DÍA:



Oseas. s. VIII  a. C. 
Martirologio Romano: Conmemoración de san Oseas, profeta del Antiguo Testamento, que no sólo con sus palabras, sino con su misma vida mostró al Señor al pueblo infiel de Israel, como Esposo siempre fiel y movido por una misericordia infinita.
Profeta menor compañero de Amós. Hijo de Beerí. Profetizó a las tribus del reino del Norte; su profecía fue en contra de sus compatriotas samaritanos a los que predijo su destrucción. Fue un profeta “vigía” que conocía la política y el culto. Y se esforzó por releer la historia de su tiempo con la mirada escrutadora y crítica de un creyente. Con ojos de un Dios mil veces abandonado, de un Dios al que hay que buscar, de un Dios que, sin embargo, es compasivo. 
Su mujer Gomer, se fue detrás de sus amantes. Escribió el más desgarrado poema de amor mal pagado. Sus hijos llevan nombre simbólicos: Yizreel (Dios Siembra), Lo-Rujamá (Incompadecida) y Lo-Ammi (No-mi-pueblo). En su propia historia va descifrando la historia de su propio pueblo. Oseas pregunta qué sentido puede tener los sacrificios y el culto de un pueblo que olvida la justicia. (Os 5, 6; 6, 4-6; 8, 11-13). Nadie como Oseas ha cantado el amor de un Dios que se deja buscar, que se hace cercano y accesible y el símbolo es su matrimonio que tiene tres etapas (matrimonio, divorcio y reunión); la fidelidad de Dios hacia su pueblo lo impulsa a aceptar a Gomer, a amarla “como Dios ama a los israelitas” (3,1). El evangelio de Mateo, pone en boca de Jesús una frase de Oseas: “Misericordia quiero y no sacrificio” (Os 6, 6; Mt 9, 13). 

Santos Rufo y Zósimo. M. c. 107. 
san Rufo
Martirologio Romano: Conmemoración de santos Rufo y Zósimo, mártires, que el beato Policarpo asoción con el martirio de san Ignacio, escribiendo a los Filipenses: “Ellos compartieron la pasión del Señor y no amaron el siglo presente, como aquel que por ellos y por todos murió y resucitó”
Ciudadanos de Filipos, posiblemente discípulos de san Pablo, fueron llevados a Roma junto a san Ignacio de Antioquía y arrojados a las fieras del anfiteatro dos días antes del martirio de su obispo. San Policarpo hizo un canto de su virtud en la “Carta a los Filipenses”: «No corrieron en vano, sino que iban armados de la fe y la rectitud. Partieron al sitio que les tenía preparado Aquél por quien habrían de sufrir, porque no amaron este mundo sino a Jesús, que murió y fue resucitado por Dios para nuestra salvación ... Por ello, os exhorto a todos a vivir rectamente y a ejercitar la paciencia, de la cual os han dado ejemplo no sólo Ignacio, Zósimo y Rufo, sino también otros que vivieron entre vosotros, así como el mismo Pablo y los demás Apóstoles.»

Santos Martires Volitanos. s. III. 
Martirologio Romano: En África Proconsular, santos mártires Volitanos, a los que san Agustín celebró en un sermón.
Volitana era una urbe o un barrio no lejos de Cartago, en la que, durante la persecución de Diocleciano, siendo Anulino proconsul, murieron muchos cristianos que fueron alabados por san Agustín.

San Dulcidio de Agen. M. 420. 
Martirologio Romano: En Agen, ciudad de Aquitania, san Dulcidio, obispo, que luchó denodadamente por la fe católica contra la herejía arriana.
Obispo de Agen, sucedió a san Febadio. Durante su gobierno se sucedieron las irrupciones de los vándalos y visigodos, a los que se impuso con la fuerza de sus virtudes y de sus milagros. Construyó una iglesia que puso bajo la advocación de santa Fe y san Caprasio. Luchó contra el arrianismo.
En otros santorales se afirma que era obispo de Aquisgrán, Francia y que murió en el 450. Pero debe ser un desdoblamiento del primero. Su culto se ha limitado a los calendarios locales.  

San Florencio de Orange. M. c. 524. 
Martirologio Romano: En la ciudad de Orange, en la Provenza, de la Galia, san Florencio, obispo.
Nacio en Tours. VIII obispo de Orange en Francia. Participó en el Concilio de Epaone en el 517 y en el provincial de Arles del 527; en este último sínodo asistió su sucesor. Durante una peregrinación a Roma, pernoctó en Fiorenzuola d’Arda donde resucitó a una niña. Su “Vita” no merece mucha confianza y se parece mucho a la de Verano, obispo de Cavaillon. 

Társila Córdoba Belda. Beata. (1861-1936). 
Martirologio Romano: En la ciudad de Algemesí, en la región de Valencia, también en España, beata Tarsila Córdoba Belda, mártir, que, siendo madre de familia, pasó a la gloria de Cristo en la persecución.
Nació en Sollana, Valencia. En 1884 se casó con Vicente Girona Lozano de quien tuvo tres hijos. Tuvo que ver la muerte de sus tres hijos por enfermedad y la de su marido. En 1922 se quedó viuda. Se dedicó a vivir su viudez en una entrega apostólica a los demás. Tenía una gran devoción por María, y pertenecía a varias asociaciones religiosas de su parroquia. Sobresalió por su dedicación a los pobres a los que ayudó de forma heroica.  
Encarcelada por el Comité de su pueblo a causa de su religión y pertenencia a la Acción Católica, confortó a sus compañeros de prisión y exhortó a todos a entregarse a la voluntad de Dios con confianza. Había socorrido a la familia del jefe del Comité que ordenó su detención y posterior fusilamiento. Detenida el 10 de octubre estuvo en prisión en el exconvento de mercedarios hasta el día 17 en que fue sacada de madrugada y fusilada en la tapia del cementerio de Algemesí. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.

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