Martirologio Romano: En Cahors, de Aquitania, beato Cristóbal de Romagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado por san Francisco, después de muchos trabajos en favor de las almas murió ya centenario.

En 1219 Cristóbal regresó a Asís al capítulo general. En aquella ocasión Aquitania fue erigida en provincia y como primer Ministro provincial fue nombrado Cristóbal. De regreso a Francia junto con otros nuevos cohermanos se dedicó a la predicación, especialmente contra los herejes albigenses que infestaban aquellas regiones. En varios lugares fundó nuevos conventos. En Cahors fundó un monasterio de clarisas, del cual fue director espiritual por muchos años. En 1224 celebró en Arles el Capítulo provincial en el cual estuvo presente san Antonio de Padua, quien había ido a Francia para predicar contra los albigenses. El encuentro de los dos santos fue para ambos de gran consuelo. Mientras san Antonio predicaba a los religiosos, apareció en medio de ellos san Francisco con los brazos extendidos en forma de cruz. Todos lo vieron. Lo contemplaron y gozaron de verse preferidos por el Padre Seráfico. Fray Cristóbal estuvo presente en Asís el 3 de octubre de 1226, a la muerte de san Francisco. Murió la tarde con cien años de edad y 56 de vida religiosa.
Su culto fue aprobado en 1905 por san Pío X. Los bolandistas relegan a este beato entre los “praetermissi” (olvidados), porque no encontraron suficientes pruebas de la continuidad de su culto.
Su culto fue aprobado en 1905 por san Pío X. Los bolandistas relegan a este beato entre los “praetermissi” (olvidados), porque no encontraron suficientes pruebas de la continuidad de su culto.
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