17 de octubre de 2014

Beato CONTARDO FERRINI. (1859-1902).


Martirologio Romano: En la localidad de Suna, junto al lago Maggiore, en Italia, beato Contardo Ferrini, que, dedicado a la educación de la juventud, superó con la fe y la vida cristiana las ciencias humanas.

Nació en Milán en el seno de una familia burguesa: su padre era catedrático de Física. Siendo todavía muy niño se presentó al prefecto de la biblioteca Ambrosiana para rogarle que le enseñara el hebreo. Al poco tiempo ya lo hablaba y escribía. Siguió el estudio del siríaco y otras lenguas. 
El ambiente de Italia no era fácil para llegar a donde Contardo llegó. El anticlericalismo estaba a la orden del día. Era cierto que se había unificado Italia, pero el Papado había sufrido un duro golpe. No era fácil ser imparcial, saber dónde estaba la verdad y qué era lo mejor para la Iglesia.
Su tío Buccellati, abad y profesor de Derecho penal, fue quizá uno de los que más influyeron para que Contardo se decidiera por la carrera de Derecho. Para ello se trasladó al colegio Borromeo de Pavía, después consiguió una beca que le trasladó a Berlín, volviendo después para impartir Derecho romano en la universidad de Pavía. Allí le esperaban duras pruebas, pero con su esfuerzo y la ayuda de la gracia, de todas salió airoso. Ellos blasfemaban, tenía conversaciones poco honestas... él huía de ellos, como de una continua tentación, y se entregaba al estudio y a la oración. Su pureza no se contaminó jamás a pesar de encontrarse en aquel clima enrarecido. En el verano de 1881 hizo voto de castidad que guardó incólume durante toda su vida. No era su vocación la de religioso, sino la de un laico cristiano.
Fue profesor de Derecho penal en las universidades de Messina, Módena y Pavía. Era Terciario franciscano, miembro de la sociedad de San Vicente de Paúl y amigo de monseñor Achille Ratti (el beato papa Pío IX) que así nos lo describe: "Era de estatura media, lleno de solidez, de armonía, de elegancia de líneas; el paso rápido, pero firme... la pluma siempre presta y llena de sabiduría; la palabra cuidada y persuasiva; en su rostro, un aire de simpatía siempre igual, que jamás le abandonó hasta la misma vigilia de su muerte; pero ante todo, sobre ese rostro brillaba un resplandor de pureza y de amable juventud. Su mirada tenía toda la dulzura de la bondad, excelente corazón; sus ojos, su amplia frente, llevaban consigo el reflejo de una inteligencia verdaderamente soberana...". Fue modelo de profesor católico, notable por su "insaciable deseo de oración". Fue elegido concejal en las elecciones municipales de Milán en 1895 y se distinguió por su compromiso cristiano en la política, defendiendo la enseñanza religiosa en las escuelas.
Tenía un temperamento tímido e introvertido, pero su contacto personal con los alumnos era entrañable y abierto. Le admiraban todos los que llegaban a él. Era un enamorado de María y de la Eucaristía. Todos los días iba a misa antes de empezar a trabajar. Vivía una auténtica pobreza y hacía signos claros de una gran caridad. Publicó profundos estudios sobre diversos temas que fueron muy apreciados por los expertos. Aún ahora le siguen muchos y aceptan las investigaciones que realizó. Murió relativamente joven en Suna, en el lago Mayor, de tifus. Sus restos se encuentras en la capilla de la Universidad Católica de Milán. Pío XII lo proclamó Beato en 1947, señalando en él "el modelo del hombre católico de nuestros días". 

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