Martirologio Romano: En Ramapuram, Palai, India, beato Agustín Thevarparampil «Kunjachan», presbítero.
No tenía talento o capacidad excepcional. Era un sencillo párroco. No recibió ningun reconocimiento por su servicio prestado a la emancipación de los pobres. Su programa diario era las visitas a los “dalit” en su domicilio y en sus lugares de trabajo. Su único ayudante era un catequista. Sin embargo, logró acercar a Dios a muchas personas.
No sólo tuvo que afrontar la oposición y duras críticas de los miembros de las castas superiores, sino también de los cristianos tradicionales. Estos obstáculos no frenaron su celo misionero. Acercó a la Iglesia a más de 5.000 personas. Creó un fuerte vínculo con todos aquellos a quienes ayudaba. Los llamaba “hijos míos” y ellos le llamaban “nuestro sacerdote”. Los conocía a todos y les llamaba por su nombre, desde los niños hasta los mayores...
No sólo se esforzaba por la elevación espiritual de los “dalit”, sino también por su emancipación social, cultural, intelectual y artística. Resistió a la oposición con calma y mansedumbre. No se desalentó cuando el gobierno negó privilegios a los “dalit” convertidos al cristianismo. La fuente de su fuerza era la oración ante el santísimo Sacramento. También fue devoto de María. Fue muy humilde y obediente. Fue beatificado por Benedicto XVI el 30 de abril de 2006.
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