Martirologio Romano: Conmemoración de san Cleofás, discípulo del Señor, a quien, con el otro compañero itinerante, ardía el corazón cuando Cristo, en la tarde de Pascua, se les apareció en el camino explicándoles las Escrituras, y después, en la casa de Cleofás, en Emaús, conocieron al Salvador en la fracción del pan.
Discípulo de Cristo, uno de los de Emaús (Lc 24, 13-35). Le dice a Cristo: "Quédate con nosotros, que es tarde y el día ya declina". El antiguo Martirologio afirmaba que murió mártir en Asia por los judíos. A veces se le ha identificado sin ningún motivo con san Cleofé. San Hegesipo dice que era hermano de san José.
Santos Pablo, Tata e hijos. s. IV.
Martirologio Romano: En Damasco en Siria, santos mártires Pablo y Tata, esposos, Sabiniano, Máximo, Rufo y Eugenio, sus hijos, que acusados por ser cristianos, fueron golpeados y torturados con otros suplicios, al final rindieron el alma a Dios.
Pablo y Tata era marido y mujer; mientras que los otros eran sus hijos; todos murieron mártires bajo la tortura en su ciudad natal de Damasco.
catedral de Soissons |
San Principio de Soissons. M. c. 505.
Martirologio Romano: En Soissons, en la Galia Bélgica (hoy Francia), san Principio, obispo, hermano de san Remigio.
Era hermano de san Remigio de Reims. XIIº obispo de Soissons. Antes de hacerse cargo del episcopado fue abad. Mantuvo una intensa correspondencia con san Sidonio Apolinar. Fue consejero de santa Clotilde a la que animó para que lograra la conversión de su marido el rey Clodoveo.
San Solemne de Chartres. M. c. 511.
Martirologio Romano: En Chartres, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Solemne, obispo.
Obispo de Chartres (490-511); asistió al bautismo de Clodoveo, a quién habría catequizado.
San Finbarro de Cork. (550-620).
Martirologio Romano: En Cork, en la provincia de Momonia, en Hibernia (hoy Irlanda), san Finbarro, obispo.
Se cree que nació cerca de Bandon, y su nombre original era Lochan. Se dice que estudió en el Condado de Kilkenny donde fue llamado Fionnbharr (Cabellos rubios en irlandés) por el color de su pelo.
Además, se cree que Barro vivió como ermitaño en la pequeña isla de Lough Eire, Irlanda, en un lago cerca de Cork llamada Gougane Barra, antes de fundar el asentamiento monástico y centro de aprendizaje en un Corcach Mór (marisma) de donde, se dice, fue el primer obispo. Este asentamiento con el tiempo creció para convertirse en la ciudad de Cork. Varios escritos de la vida de Barro sugieren que viajó a Roma, y predicó en Barra.
Murió en Cloyne una aldea del Condado de Cork y fue enterrado en la abadía de Gill Abbey, un sitio hoy ocupado por la Catedral de San Finbar. Patrón de la ciudad y diócesis de Cork.
San Ermenfrido. M. 670.
Martirologio Romano: En Cusance, en la región de Besançon, también en Neustria (hoy Francia), san Ermenfrido o Ermenfredo, abad.
Fue cortesano y después benedictino de Luxeuil, durante el mandato de su tercer abad san Walberto. Fundó un monasterio en Cusance (Francia).
Hermanas, naturales de Asia Menor y dedicadas desde su infancia a la piedad, cuando fueron mayores, para satisfacer su devoción, visitaron Palestina y Roma. Al salir de Roma y, mientras recorrían la vía Latina, en Capua fueron asaltadas por los sarracenos, que después de asolar Calabria y Lucania, habían asediado Capua, fueron azotadas con vergas, pero ayudadas por una tempestad se refugiaron en Macerata donde murieron. Estan enterradas en la catedral de Agnani.
San Cristóbal (Niño de La Guardia). M. c. 1493.
El anterior Martirologio Romano decía: “En la localidad de La Guardia, en la región española de Toledo, memoria de san Cristóbal, mártir”.
Niño toledano y se llamaba Juan, y era hijo de Alonso Pasamontes y de Juana La Guindera; a la edad de cinco años fue capturado por los judíos falsos conversos junto a la Puerta del Perdón de la catedral de Toledo, y llevado a La Guardia, donde le tuvieron encerrado algún tiempo en una cueva del monte. Le hicieron pasar por los mismos sufrimientos de Cristo, ya que los captores, según los documentos de la época, quisieron mofarse de la religión católica, de la Inquisición, los reyes y las autoridades de la época. Cuando el 31 de marzo, viernes, sus verdugos le dieron el nombre de Cristóbal por estar en él la palabra Cristo, fue crucificado, después le arrancaron el corazón. Pero posiblemente todo esto sea una leyenda piadosa, aunque hay documentos históricos de la época que prueban su autenticidad.
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