San Gorgonio. M. c. 303.
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio «ad Duas Lauros», de la vía Labicana, san Gorgonio, mártir (post 203). Torturado y estrangulado durante las persecuciones de Diocleciano.
Mártir en el cementerio “ad duas Lauros” en la vía Labicana de Roma. Según cuenta los relatos apócrifos, era un oficial de la corte de Diocleciano que se convirtió al cristianismo y que rechazó, como su compañero de armas, san Doroteo, renegar de su fe. Los dos fueron torturados y luego decapitados. Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio “ad Duas Lauros” en la vía Labicana en Roma. El papa san Dámaso le dedicó un epitafio.
En la Edad Media se le confundió con otro san Gorgonio, mártir a Nicomedia. El Martirologio Hieronimiano, menciona su culto el 9 de septiembre en las catacumbas de Pedro y Marcelino, en la vía Labicana: “Romae via Lavicana inter duas lauros in cimiterio ejusdem natale sancti Gorgoni”. Es el patrón de Civitella d’Agliano.
San Jacinto. s. III - IV.
Martirologio Romano: En Sabina a treinta milla de Roma, san Jacinto, mártir.
Junto con Alejandro y Tiburcio. Se dice que murieron en alguna localidad de Sabina, a unas 30 millas de Roma.
Parece que los nombre de Alejandro y Tiburcio, son erratas de transcripción. En vez de Alejandro debería leerse Alejandría (la ciudad), mientras que Tiburcio sería un mártir romano de la vía Labicana (11 de Agosto) aquí erróneamente incluído.
Santa María de la Cabeza. M. c. 1140/75.
Martirologio Romano: En Castilla la Nueva, santa María de la Cabeza, esposa de san Isidro Labrador, con quien llevó vida humilde y hacendosa.
Se llamaba María Toribia y había nacido en Torrejón. Madrid, en el seno de una familia mozárabe. Esposa de san Isidro Labrador, con el que compartió la gloria de una vida humilde, siempre bajo la mirada de María, cercana en el recuerdo y a través de la imagen de una humilde ermita. A Ella invocó lo mismo cuando el hijo san Illán, pequeño, se le cayó en un pozo, que cuando la sequía amenazó la meseta. De mutuo acuerdo se pusieron los esposos, para dedicarse a una vida dedicada a Dios. San Isidro marchó a Madrid y María se retiró a una ermita situada en un lugar próximo al río Jarama, donde se dedicó a la oración. Unos calumniadores le dijeron a san Isidro, que su mujer llevaba una vida deshonesta con los pastores, Isidro no lo creyó, pero fue a ver a su mujer, sin que ella lo supiera, y la observó en su vida santa, y así se terminaron las calumnias. María regresó a Madrid y volvieron a vivir el matrimonio la misma vida conyugal, santa y piadosa en la oración. Muerto su esposo, la Virgen presidió su hogar, hasta su muerte en Torrelaguna o Caraquiz.
Parece que se la llamó María por la ermita en que estuvo enterrada hasta su traslado en 1615 a Torrelaguna, y el apelativo "Cabeza" parece proceder del culto dado por separado a su cabeza como reliquia sagrada. Está enterrada en Madrid en la colegiata de San Isidro. Inocencio XII aprobó su culto en 1697.
Jorge Douglas. Beato. M. 1587.
Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, beato Jorge Douglas, presbítero y mártir, oriundo de Escocia, maestro de escuela y ordenado sacerdote en París, que, siendo reina Isabel I, sufrió el patíbulo por persuadir a otros a abrazar la fe católica, emigrando así vencedor al cielo.
Natural de Escocia, maestro de escuela y ordenado presbítero en París. Mártir en York, Inglaterra, durante el reinado de Isabel I por persuadir a otros a abrazar la fe católica.
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