Martirologio Romano: Memoria de san Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole: «Yo soy el que soy», y le propuso la ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.

La razón teológica por la que Moisés no entró en la Tierra Prometida, no está en su falta de fe en un momento, como ha interpretado la tradición sacerdotal, ya que Dios había perdonado a su pueblo que había tenido muchas más faltas de fe. "La razón es que todos son importantes para Dios, pero nadie es insustituible, ni siquiera Moisés. él había comenzado el gran camino histórico de Israel, otro lo concluirá. Siempre es así" según dice A. Fanuli.
Moisés ha existido realmente, en un espacio y en un tiempo determinados. Pero ante su memoria ha jugado un gran papel la reflexión creyente sobre la presencia de Dios en la historia.
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