Martirologio Romano: En Bilbao, ciudad del País Vasco, en España, beato Francisco Gárate Aranguren, religioso de la Compañía de Jesús, que se santificó practicando la humildad en el ejercicio de portero durante cuarenta y dos años.

En la portería de Deusto se pasó la vida recibiendo a los alumnos y familiares, animando a todos, dando testimonio de fe a todas horas, a pesar de que el rector era una persona excesivamente severa, él supo siempre estar a las alturas de las circunstancias. La mejor escuela del hermano Gárate fueron los Ejercicios de San Ignacio. Estar siempre dispuesto "para venir en perfección en cualquier estado o vida que Dios Nuestro Señor nos diere a elegir... Piense cada uno que tanto aprovechará en todas cosas espirituales, cuanto saliere de su propio amor, querer e interés".
El hermano Gárate fue pura entrega a todos, en todo, día y noche, sin preferencias, como no fueran los pobres. Nunca tuvo tiempo para él, ni "puentes" ni vacaciones. No distinguía entre actividades naturales y sobrenaturales. En todo adoraba a Dios, en todo servía a los hermanos. "Voy, Señor", decía, cuando querían algo de él. Los estudiantes los llamaban "hermano finuras" por su alegría y cordialidad. La sonrisa, la afabilidad, la servicialidad de día y de noche. El padre Arrupe dijo que "la mejor lección impartida en la universidad de Deusto ha sido la que ha dado en la portería el hermano Gárate". El "Decreto" de virtudes heroicas le llama "el santo de la vida ordinaria". Murió de una infección renal, trabajando, en silencio, sin que en ningún momento dejase traslucir los fuertes dolores que padecía. El 6 de octubre de 1985 Juan Pablo II procedió a su solemne beatificación.
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