4 de septiembre de 2014

Beata CATALINA MATTEI DE RACCONIGI. (1486-1547).


Martirologio Romano: En Carmagnoles, del Piamonte, en Italia, beata Catalina Mattei, virgen, religiosa de las Hermanas de Penitencia de Santo Domingo, que, viviendo con una salud muy precaria, soportó con admirable caridad y abundancia de virtudes las calumnias humanas y todo tipo de tentaciones.

Nació en Racconigi, en el seno de una familia de artesanos. Desde muy niña recibió los favores del Cielo. Se cuenta que se le apareció el Niño Jesús y le pidió de darle su corazón, y ella le contestó -sin entender nada- que no sabía donde estaba. Trabajó toda su vida en el telar de su casa, y en este estado secular se entregó a Dios en la penitencia y la oración. Tuvo grandes éxtasis, y se dice que sufrió el cambio de corazones entre el suyo y el de Cristo, además de los estigmas. Se distinguió por un ardiente amor a Cristo y a la salvación de las almas.
A los 28 años se hizo Terciaria dominica, pero tuvo que superar muchísimas dificultades, porque muchos la señalaban como bruja, por sus visiones y éxtasis. Pero la amistad de muchas autoridades le ayudó a superar las calumnias. Solia repetir: “Jesús es mi única esperanza”. Fue denunciada a la Inquisición que la declaró inocente. Luchó por conseguir la paz para su ciudad, y ofreció su vida por el bien de la Iglesia. En los últimos años de su vida, las persecuciones se cebaron en ella: los dominicos la miraban con sospecha; le negaron los sacramentos. Llegó a pensar en el suicidio, pero se abrazó apasionadamente a la Cruz. Tuvo que dejar Racconigi y murió en Caramagno. Quiso que su cuerpo fuera enterrado en la iglesia dominicana de Garessio (Cúneo). Su culto fue confirmado por Pío VII en 1810.

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