Martirologio Romano: En Colima, de México, san Miguel de la Mora de la Mora, presbítero y mártir, que, en el furor de la persecución contra la Iglesia, fue coronado con el martirio.

Colima fue el primer estado de Méjico, que las autoridades obligaron a los miembros de la iglesia que se sometieran al placet del Gobierno revolucionario para poder ejercer. El obispo y sus sacerdotes se negaron.
Miguel ante la situación, se quedó en su casa, pero el general Ignacio Flores, que vivía en frente de su casa, lo reconoció y mandó detenerlo. Salió bajo fianza con la obligación de presentarse en jefatura diariamente y se le presionó para que abriera la catedral para el culto de una iglesia independiente de la católica, a lo cual se negó porque así lo había prohibido el obispo.
El padre Miguel prefirió salir de su parroquia antes de acatar la orden y llegó hasta Cardona, donde fue reconocido y arrestado y devuelto a Colima, donde llegó exhausto del camino a pie. El general ordenó que se le fusilara inmediatamente. Le dijeron que caminara, y al llegar a la caballeriza fue abatido, mientras iba rezando el rosario. Le dieron el tiro de gracia. Sus restos fueron dos años más tarde enterrados en la catedral. Fue canonizado junto con los demás mártires de la Cristíada mexicana el 21 de mayo del 2000.
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