Martirologio Romano: En el monasterio de Noirmoutier, en la isla de Hero, en la costa de Aquitania, san Filiberto, abad, que, educado en la corte del rey Dagoberto, y todavía adolescente, se hizo monje. Fundó y dirigió primeramente el cenobio de Jumièges y después el de Hero.

Criticó a Ebroim, verdugo del obispo de Autun, san Leodegario, y ministro del rey francés, que le encarceló y expulsó del país; fue a refugiarse con el obispo de Poitiers, Ansoaldo. Fundó un monasterio dedicado a San Benito en Quinçay, cerca de Poitiers. Muerto Ebroim, Filiberto regresó como abad de Jumiéges en el 683, y a consecuencia de un desacuerdo con san Audoeno, se trasladó a la región de Poitou. El obispo de Poitiers le concedió la isla de Her, en la costa de la Vendée, para que estableciera un monasterio cuyo nombre primitivo, Hermoutier u Oirmoutier se convirtió más tarde en Noirmoutier.
De nuevo en Jumiéges por petición de san Audoeno, en el 684, fundó en las montañas de Normandía la abadía de mujeres de Montivilliers y reformó el de Qunáy. Cuando murió Audoeno, regresó definitivamente a Poitou, y murió en Noirmoutier. Está enterrado en Brou, cerca de Bourg en Bresse.
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