Martirologio Romano: En Tesalónica, de Macedonia, muerte de san Elías el Joven, que fue monje según las reglas de los Padres Orientales y, después de haber sufrido mucho por parte de los sarracenos a causa de la fe, con una fortaleza de ánimo invencible llevó una vida rigurosa de oración y austeridad, tanto en Calabria como en Sicilia.
Nació en Enna y se llamaba Juan. Cambió su nombre por el de Elías cuando se hizo monje; fue un asceta siculo-griego. Su vida fue itinerante, plagada de aventuras, viajes a pie, fundaciones de monasterios, milagros‚...; fue obligado a abandonar su ciudad Enna en Sicilia (la antigua Henna), asediada por los sarracenos y conquistada en el 859; cayó en sus manos y fue vendido como esclavo en África.
Al ser liberado, predicó el Evangelio con riesgo de su propia vida; obligado a huir, se refugió en Palestina, donde recibió el hábito monástico de manos del patriarca de Jerusalen. Pasó tres años en un monasterio del Sinaí desde donde pasó a Alejandría, después a Persia, a Antioquía y por fín a África. Después de la toma de Siracusa (878) por los árabes, Elías que había regresado a Sicilia, marchó a Palermo para ver a su anciana madre; de allí pasó a Taormina donde se asoció con el monje Daniel, que fue su compañero de peregrinaciones y emulándolo en su virtud.
Atraversó el estrecho de Mesina y llegó a Calabria donde, hacia el 880, fundó el monasterio de Saline cercano a Reggio Calabria, que después tomaría su nombre. Amenazado por las incursiones sarracenas fue obligado a alejarse primero a Patrás en Grecia y después a Santa Cristina en Aspromonte. El infatigable monje marchó en peregrinación a Roma y a su regresó, fundó el monasterio de Aulinas (900-901) sobre el monte que tomó su nombre junto a Palmi; la fama de su maravillosa actividad, predicación y de los numerosos milagros, llegó a Oriente, por lo cual el emperador León VI el Filósofo lo invitó a ir a Constantinopla.
Una vez más, el anciano Elías se marchó de viaje, pero no llegó a su destino; al llegar a Tesalónica, en Macedonia, enfermó y murió. Su cuerpo fue trasladado por el fiel monje Daniel a Aulinas y, según su deseo, enterrado en la iglesia del monasterio. Su nombre queda en el monte San Elías, meta turística y donde hay un oratorio en su honor.
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