27 de agosto de 2015

San AMADEO DE LAUSANA. (1110-1159).


Martirologio Romano: En Lausana, entre los helvecios (hoy Suiza), san Amadeo, obispo. Siendo monje de Claraval, fue designado abad del cenobio de Hautecombe y elegido, más tarde, para la sede episcopal, desde donde educó con destreza a los jóvenes, formó un clero piadoso y casto y cantó las alabanzas en su predicación de la bienaventurada Virgen María

Nació en el castillo de Chatte del Delfinado. Cuando tenía ocho años, su padre, el beato Amadeo de Clermont, señor de Hauterive, tomó el hábito religioso en la abadía cisterciense de Bonnevaux. El santo fue al mismo convento a proseguir su educación, pero al poco tiempo pasó, con su padre, a Cluny. Después sirvió en la Corte del emperador Enrique V. 
En 1125, se hizo monje en Claraval cuando era abad san Bernardo, que en 1139, le envió como abad a Hautecombe en Saboya. El monasterio había adoptado la reforma apenas cuatro años antes y sus finanzas se hallaban en un estado lamentable. Amadeo animó a la comunidad a soportar gozosamente esas dificultades adicionales, y con una administración cuidadosa, logró sacar al monasterio del mal paso. 
En 1144, se vio obligado a aceptar, por orden del Papa Lucio II, la sede de Lausana, donde se encontró pronto envuelto en luchas con los nobles y fracasó en su intento de persuadir al emperador Conrado para que acudiese en ayuda del Papa contra Pierleone. Cuando Amadeo III, duque de Saboya, partió a la segunda Cruzada, Amadeo fue nombrado corregente con Humberto, el hijo del duque. Cuatro años antes de su muerte, Federico Barbarroja le hizo canciller de Borgoña. Como obispo enseñó a los jóvenes con su ingenio, formó un clero puro y piadoso y ensalzó a María en sus sermones. Nicolás, el secretario de san Bernardo, habla en términos muy elogiosos de la virtud de este activo prelado. Su antiquísimo culto fue aprobado en 1903 por el papa Pío XI. 

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