15 de agosto de 2015

NUESTRA SEÑORA DE LA PALOMA.



La Virgen de la Paloma es una advocación mariana de Madrid (España). Sin ser la patrona oficial de dicha villa (lugar que ocupa la Almudena), tradicionalmente se la considera "patrona popular de los madrileños", y ha gozado de gran devoción.   

"La Paloma –decía Francisco Azorín- no es patrona de Madrid, pero sí reina plenamente en muchos corazones humildes que habitan en la Villa”


HISTORIA:

Según un informe escrito en 1791 por el marqués de Casa García Postigo, alcalde de Madrid, el lienzo, que representa a Nuestra Señora de la Soledad. La historia conocida y bien documentada comienza en 1787 cuando Andrea Isabel Tintero ve a unos niños jugando al arrastre con el lienzo. Esta pintura parece que la pudieron encontrar los niños en un corral que había en la calle de la Paloma, que pertenecía a las monjas de San Juan de la Penitencia de Alcalá de Henares.
Andrea Isabel Tintero, vecina del barrio y casada con el cochero Diego Charco, les cambia a los niños la pintura por unas monedas. La hace reparar lo mejor que puede y la coloca en el portal de su casa, en la Calle de la Paloma. Su devoción se va extendiendo por el vecindario y pronto el cuadro está siempre iluminado con velas, farolillos y lámparas. Pronto se hace costumbre que las madres lleven a sus recién nacidos ante la Virgen (tradición que aún se mantiene). 
Poco después comenzaron a atribuírsele milagros, trascendiendo hasta la Casa Real. María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV y reina de España, habría sido una de las más fieles devotas de la Virgen de la Paloma. Refiere la tradición que, estando gravemente enfermo uno de sus hijos, la reina lo encomendó a la Virgen y aquél sano. La reina acudió a la capilla con su séquito, brindando en ofrenda el traje más valioso de su hijo; disponiendo, además, que los gastos de iluminación de la capilla quedaran a cargo de Palacio.
Al quedarse pequeño el portal para la cantidad de gente que acudía, Isabel Tintero decidió utilizar una habitación de su propia casa, pero aun así no fue suficiente y se iniciaron los trámites para levantar una pequeña capilla en un erial de la misma calle que se concluyó en 1795. La capilla, dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, se construyó con el apoyo de la Casa Real. Si bien dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, fue popularmente conocida como "de la Paloma" por estar situada en la calle de tal nombre.
Cuando se produjo la invasión francesa, fue la propia Isabel Tintero quien escondió el cuadro y las joyas de la Virgen durante la ocupación. Isabel Tintero fue nombrada sacristana y administradora de la capilla, donde se acondicionó un cuarto para que viviera; murió en 1813 y aunque su deseo era ser enterrada en la capilla, no se consiguió el permiso; pero la historia la haría justicia y en la actualidad se encuentra enterrada a los pies de la Virgen de la Paloma
El culto siguió creciendo y la capilla se quedó pequeña. La nueva iglesia se inaugura en 1912.  Sólo abandonó la iglesia en el inicio de la Guerra Civil de 1936, cuando fue descolgada y escodida por los feligreses por temor a que alguno de los grupos anticlericales que entonces abundaban , destruyeran la obra.. Después de una azarosa temperada donde pasó de ser el cabecero de la cama de un feligres hasta presidir la capitall del obispo de Madrid, regresó al emplazamiento que le correspondía en la parroquia de San Pedro el Real. En 1978 se acometió una restauración en profundidad del edificio.

Según una leyenda que nos narra de dónde viene el nombre de “paloma”. Nos cuentan como un día se estaba transportando a la Virgen de las Maravillas a una iglesia en lo que hoy es la calle de la Paloma, cuando una paloma pareció seguir a la virgen hasta el interior del templo. A partir de entonces la paloma permaneció siempre acompañando a la imagen de la Virgen de las Maravillas hasta su muerte, y por ello la calle fue rebautizada con el nombre de calle de la Paloma.

LA IMAGEN:

La imagen de la Virgen de la Paloma no consiste en la habitual representación mariana en una talla o estatuilla, sino que es un cuadro que se encuentra en el centro del retablo existente en el altar mayor la Parroquia de la Virgen de la Paloma, frente a la Plaza de la Paloma, en el madrileño barrio de La Latina.
Algunos cronistas afirman que la imagen no representa a la Virgen, sino a una monja burgalesa del siglo XVII cuya familia habría encargado el cuadro para tener un recuerdo de ella antes de su ingreso en el convento. Luego esta monja llegaría a ser beatificada y se realizaron diferentes copias para dar a conocer su vida. Una de estas copias sería la que hoy conocemos como Virgen de La Paloma. Sin embargo, no hay pruebas que nos ofrezcan certeza sobre esta afirmación y seguimos sin conocer el autor, la fecha ni el título del retrato. Según otros historiadores, es el retrato de una monjita que sirvió de modelo para un cuadro de la Virgen de la Soledad. Es un cuadro de autor desconocido, realizado en el siglo XVIII y sin gran valor artístico.

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