Martirologio Romano: En la costa frente a Rochefort en Francia en una sórdida galera anclada, beatos mártires Juan Bautista de Souzy, sacerdote, y Uldarico (Juan Bautista) Guillaume, hermano de las Escuelas Cristianas, mártires, que durante la persecución contra la Iglesia sufrieron un inhumano encarcelamiento y murieron por Cristo consumidos por el hambre y la enfermedad.
Juan Bautista nació en La Rochelle. Como sacerdote se distinguió por su celosa predicación y por su prudente dirección de las almas, por sus singulares dotes de piedad y cultura. Era canónigo de la catedral de la Rochelle y también vicario general de la diócesis. Por negarse hacer el juramento constitucional en 1791, tuvo que abandonar su diócesis y se fue a Poitiers, donde continuó ejerciendo su ministerio clandestinamente, hasta que se presentó para su deportación en marzo de 1794 y destinado a Rochefort. Cuando lo supo el obispo de La Rochelle lo nombró su delegado para con todos los sacerdotes que estuvieran presos o deportados con él.
Destinado a la isla Madame, murió en ella de enfermedad y miseria, confortando a todos con gran energía moral, animándoles para que se apoyasen mutuamente y se preparasen para la muerte con sentimientos de paz y perdón. En aquellas terribles prisiones flotantes murieron 547 religiosos víctimas de la enfermedad, las privaciones y los castigos de sus carceleros.

Se sabe poco de la vida y actividad del Hno. Uldarico en los ocho años de misión apostólica en Nancy, que siguieron a su noviciado. Después que los revolucionarios cerraron la escuela, dice el abate Guillon que el Hno. Uldarico «muy apegado a los hijos de los pobres de Nancy, se quedó por ellos en esta ciudad, donde clandestinamente continuó instruyéndolos en la piedad y en el arte de la lectura y de la escritura». Y el Hno. Gustave-Marie añade: «Cuanto más humildad tenía en su profesión, tanto más éxito alcanzaba con sus instrucciones; y tanto más, también, los impíos perseguidores se irritaban contra él. La vida tranquila y ordinaria del modestísimo Hno. Uldarico no tenía nada que pudiera ofender á los republicanos; y los servicios que prestaba deberían atraerle el reconocimiento del pueblo. Pero, como eran impíos y ateos, que reinaban bajo el nombre del pueblo y de la República, este buen "ignorantin" fue encarcelado en 1793».
En efecto, fue detenido el 17 de mayo y condenado a la deportación. Tenía 38 años. La caravana salió hacia Rochefort el 1º de abril, a las 7 de la mañana, y llegaron el 28. El Hno. Uldarico fue encerrado en «Les Deux Associés». Afectado por la epidemia y víctima de los sufrimientos falleció de hambre el 27 de agosto. Fue enterrado en la isla Madame.
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