Martirologio Romano: En Reading, en Inglaterra, beato Domingo de la Madre de Dios Barberi, presbítero de la Congregación de la Pasión, que, buscando con empeño restablecer la unidad de los cristianos, llevó a muchos al seno de la Iglesia católica.
Natural de Viterbo. En su obra “Arcana verba” nos describe la historia de su vocación religiosa. Era hijo de campesinos muy pobres, y un día estando en oración, sintió que Dios le destinaba a la vida religiosa para predicar el Evangelio, pero no solamente a los católicos, sino que su misión tenía un fuerte contenido ecuménico.
Ingresó en los pasionistas de Vetralla y fue ordenado sacerdote en 1818 no sin grandes dificultades, sobre todo porque no tenía suficientes conocimientos culturales. Fue profesor de Teología y Filosofía y durante su noviciado en 1814 tuvo otra visión, de que su destino sería el norte de Europa, y que llegaría a ser sacerdote. Fue destinado a Bélgica, y desde allí tuvo fuertes contactos con el “Movimiento de Oxford”, movimiento religioso formado por teólogos anglicanos que buscaban dónde estaba la verdadera iglesia de Jesucristo. Su jefe era John Henry Newman. A lo largo de tres años, Domingo mantuvo contanto con este movimiento, como único lazo de unión entre la Iglesia católica y la anglicana.
Mantuvo contactos con Newman, y le envió su obra “El lamento de Inglaterra”, y fue invitado a ir a Littlemore. Fue nombrado jefe de la misión pasionista inglesa en 1841; trabajó hasta su muerte en Reading. Iba sólo con sandalias, habló a los obreros, se pateó las calles y soportó los insultos y los maltratos, sin un lamento; todo esto conmovió a el cardenal Newman, importante personaje de la iglesia anglicana, que fue fruto de su apostolado. Hubo más conversiones de sacerdotes anglicanos, y fue gran impulsor del ecumenismo. Murió en Reading, en la misma pobreza en la que había vivido. Está enterrado en el convento pasionista de Sutton, Saint Hellens. Fue beatificado por Pablo VI el 27 de octubre de 1963.
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