Martirologio Romano: En el pueblo de Palma de Gandía en el territorio de Valencia, España, beato Carmelo Sastre Sastre, sacerdote y mártir, que en la misma persecución, siguiendo las huellas de Cristo, alcanzó por su gracia el premio de la vida eterna.
Nació en Pego (Valencia). Ingresó en el seminario de Valencia, de donde salió ordenado sacerdote en 1919. El primer pueblo que se le encomendó fue Margarida, pasando al poco tiempo a Villalonga, en donde realizó una extraordinaria labor apostólica de captación, especialmente a los niños, que fueron el principal objeto de sus muchos desvelos. Más de cuatro años estuvo en Villalonga desplegando su tenaz actividad apostólica.
Tabernes de Valldigna fue luego el escenario de sus virtudes, población en la que estuvo dos años y allí encontró la capilla a medio construir y tuvo que recurrir a funciones teatrales y a recaudar limosnas hasta terminarla. Posteriormente desempeñó una vicaría en Oliva, en la Parroquia de Santa María, durante cuatro años. Por último, fue nombrado párroco de Piles, en donde sus actividades apostólicas se vieron llenas de dificultades por el ambiente hostil que imperaba hacia todo lo que significara Religión. Muy pronto se dio a conocer por sus virtudes sacerdotales. Organizó grupos de formación y oración. Promovió los retiros espirituales y se entregó de lleno a la catequesis.
Al poco de llegar a Piles organizó una procesión para llevar la Unción de los enfermos, incluso a los que vivían alejados del pueblo, algunos de ellos muy distantes en medio del campo. De su predicación traslucía un encendido amor a la Eucaristía y a María.
A partir de las elecciones de febrero de 1936 comenzó a vivirse en Piles una situación violenta contra la Iglesia. La revolución en Piles inició con el cierre de la iglesia, la quema de objetos religiosos y la persecución de los católicos. Al estallar la revolución de 1936, el beato, mantuvo el ánimo sereno y se confió en las manos de la Divina Providencia, viviendo su condición sacerdotal. Fue detenido por ser sacerdote y lo mataron en Palma de Gandía. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia de los años 1936-1939.
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